Adios al Dr. Herráiz.
Mi nombre es Óscar Aranda. A muchos de los habituales de esta web y de la revista os sonará mi nombre ya que me encargo de la sección Les Luthiers. Tenía la necesidad de escribir estas líneas en homenaje a una persona a la que apenas conocí pero que, en poco tiempo, me ofreció o, mejor dicho, nos ofreció, su conocimiento para que nos fuera de utilidad a todos los lectores de Cutaway. Os cuento la historia. Hace unos meses, un buen día, me levanté y apenas podía escuchaba por el oído izquierdo. Sensación de taponamiento típico después de un concierto… Sin embargo, la sensación no se iba y continué igual durante bastante tiempo. Casualmente tenía cita en el otorrino, así que esperé. ¡Cuál fue mi sorpresa al decirme que tienen que ingresarme durante una semana aproximadamente! Sordera súbita con muy mal pronóstico fue el diagnóstico. Podéis imaginar qué puede suponer esto para los que, como nosotros, amamos la música. Fue así como conocí al doctor Herráiz, jefe del servicio de otorrinolaringología del Hospital de Alcorcón y de la Clínica Quirón de Madrid. El tratamiento, cortisona por vena. Y, gracias al equipo médico, encabezado por el doctor Herráiz, recuperé toda la audición y hoy, con mucho cuidado, sigo disfrutando de mi pasión: tocar la guitarra. Agradecido como estaba y, aunque mi problema nada tuvo que ver con escuchar música demasiado alta, me conciencié de la importancia de cuidar nuestro oído y quería que mi experiencia también sirviera a los lectores de Cutaway, quería concienciar a todo el mundo de que lo más importante de la cadena en el sonido de nuestro instrumento es nuestro propio oído. Lo hablé con Lopi, director de la revista, y le pareció buena idea hacer un reportaje sobre el oído y los peligros a los que le sometemos. Ahora faltaba que un médico, del reconocimiento internacional del doctor Herráiz, nos recibiera. Aproveché una revisión para hablar con él y le planteé hacer la entrevista. Él no sólo accedió, sino que le pareció una idea estupenda y me dijo que esperaba mi cuestionario por mail. Al día siguiente le envié las preguntas y esa misma noche me contestó que a lo largo de una semana me enviaría las contestaciones y que si necesitaba algo más fuera a verle al hospital y así podríamos charlar. Quedé encantado y estaba deseoso por ver las respuestas a las preguntas que yo y muchos de nosotros nos hemos hecho en alguna ocasión. Sin embargo, pasó el tiempo y no recibía contestación. No quería sin embargo insistir con un nuevo mail. Ayer me enteré de la trágica noticia. El doctor Herráiz había fallecido en un accidente de moto hacía unos días. La noticia me impactó tanto que envié un mail a Lopi y él me ofreció poder escribir estas líneas. Sentía la necesidad de hacerlo porque, aunque apenas conocí a esta persona, me ofreció lo que sabía a cambio de nada y, en parte, si hoy puedo seguir tocando la guitarra, se lo debo a él. Amigo, donde quiera que estés, Gracias. Y a todos vosotros os debo ese reportaje que espero nos sirva a todos para tomar conciencia. Eso sí, necesito que sea en otro número.
Un abrazo para todos.
Óscar Aranda Sánchez
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