Antonio Ramos “Maca”
Pregunta obligada ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo, de la música ese día que piensas “esto es lo mío”?
R: Bueno, eso está muy lejano ya, yo tenía 16 años cuando tuve mi primer bajo en las manos.
Vivía en Granada, donde nací, y me pasaba todo el día escuchando música y tocando con unos amigos del instituto en un grupo llamado MAGIC con el que tocábamos la música que nos gustaba en ese momento (Deep Purple, Led Zeppelin, Black Sabath…), hasta que empezamos a componer nuestros propios temas. Estuvimos actuando durante unos siete años por todas las provincias de Andalucía con muy buena aceptación del público y de la prensa, éramos unos chavales pero aquello sonaba muy bien.
Poco a poco fui viendo cómo me absorbía todo el tiempo y la energía, hasta darme cuenta que vivía por y para la música y que se había convertido en una pasión a la vez que una forma de vida. Así que, desde entonces y hasta hoy día, no he dejado de tocar el bajo y hacer música.
Intento no olvidar esa motivación primera, esa pasión y esa necesidad vital que para mí significa ser músico y dedicarse a esto.
¿Tu formación es autodidacta o realizaste estudios formales de música?
R: Mi formación es básicamente autodidacta, aunque a lo largo de mi carrera he podido realizar diversos estudios.
Yo tuve mi primer contacto directo con la música a la edad de 8 años, cuando mi padre me llevó al Conservatorio Victoria Eugenia de Granada, donde estuve estudiando unos años de solfeo. En mi casa siempre se ha escuchado mucha música, ya que mi padre tocaba la guitarra, la armónica cromática y la bandurria, y recuerdo cómo él estaba siempre escuchando música y tocando sobre lo que sonaba.
Como ya te he explicado antes, empecé a tocar el bajo escuchando los discos que tenía en casa, sacando todos los temas hasta tocarlos como a mi me parecía que se deberían tocar y metido en el local de ensayo con mi grupo de amigos haciendo temas y buscando la forma de hacerlos sonar bien. En Granada, en esos años, no había escuelas ni profesores con los que estudiar el bajo, ni siquiera me lo planteaba, era así y punto, así que había que ingeniárselas para aprender.
Más tarde, una vez que me vine a vivir a Madrid, tuve la posibilidad de realizar cursos de instrumento y armonía en el Taller de Músicos de Madrid y en diversos seminarios impartidos por profesores americanos.
Siempre he pensado que, aunque la formación musical es muy importante, la música está dentro de uno mismo y no se ha de perder la frescura ni la intuición para saber cuando algo está bien hecho.
Eres un músico bastante versátil pero ¿En qué estilo te sientes más cómodo?, ¿Cuál te atrae más?
R: Es difícil para mí decantarme por uno en concreto. Me gusta tocar cosas muy dispares e intento sacar de cada una lo que me interesa.
He colaborado durante muchos años con músicos y artistas de flamenco, mis inicios en esto fueron tocando Rock, más tarde me empezó a interesar el Funk, el Jazz y la música negra en general, así que mi gusto por la música se basa en todos estos estilos.
La verdad es que me siento igual de cómodo tocando una bulería o unos tangos flamencos, que tocando un groove muy funky o un riff de rock de lo más pesado. Me gusta jugar con estos elementos y con otros sacados del jazz o de la música electrónica o brasileña… sin importarme como denominar el resultado. Para mí no es importante.
¿Recurres a los conocimientos de armonía para componer, lo haces de modo intuitivo o ambas cosas a la vez? Cuéntanos un poco como desarrollas los temas, si partes de un riff, de una melodía…
R: Bueno, me gusta recurrir y confiar en mi intuición para componer, a veces estoy tocando y aparece una melodía que me gusta, otras es una línea de bajo la que da pie a desarrollar un tema, otras veces es un groove, una sucesión de acordes…no tengo una forma determinada a la hora de afrontar un tema.