Uni-vibe, todo un clásico.
¿Qué es esa oscilación que envuelve el sonido de la guitarra?… ¿es un phaser?… ¿es un trémolo?… ¿es una combinación de varios pedales?
Hoy vamos a hablar de todo un clásico en el mundo de los efectos. El Uni-Vibe
En este nuevo número, vamos a hablar de un efecto muy particular. Tanto que, aunque podría englobarse dentro de la categoría de phasers, podemos decir que supone una categoría en si mismo. Nos referimos al Uni-Vibe.
La fama de este efecto, creado en 1968, se debe a varios factores. Principalmente, un sonido con una profundidad característica que ningún otro phaser llega a alcanzar. Esta cualidad es consecuencia directa del curioso diseño de su circuito. Por otro lado, el que grandes guitarristas emplearan el efecto y dejaran ese tipo de sonido grabado en nuestros oídos para siempre, como es el caso de Jimi Hendrix, lo ha convertido en un efecto de los considerados clásicos.
El pedal original cuenta con dos potenciómetros que controlan el volumen (master volumen global del efecto) y la intensidad (nivel de profundidad del oscilador) del mismo. Sin embargo, una de las peculiaridades es que el control de velocidad del oscilador se acciona mediante un pedal de volumen (tipo wah-wah), de forma que se puede variar dicha velocidad mientras estamos tocando la guitarra, produciendo una oscilación característica. Además, el pedal lleva un conmutador que permite elegir entre el modo “chorus” o el modo “vibrato”. El primero nos permitirá obtener una mezcla entre la señal original de la guitarra y la señal procesada por las 4 etapas de phasing del efecto. El modo vibrato, en cambio, ofrece únicamente un 100% de señal procesada, por lo que la sensación de profundidad del efecto se hace más presente. Podríamos definir este modo de selección como un control de “mix” entre la señal original de la guitarra y la señal procesada por el efecto, pero con 2 niveles prefijados de fábrica. Ambos niveles son altamente musicales y ofrecen características ligeramente distintas, por lo que es un control muy práctico para obtener distintos matices en nuestro sonido.
Pero, ¿qué tenemos dentro?
A nivel técnico, el circuito es realmente curioso y emplea algunos “trucos” que son los que le proporcionan ese sonido tan característico. Sin lugar a dudas, el oscilador de baja frecuencia (LFO) que “mueve” la lámpara (o bombilla) –lo que podríamos llamar el corazón del efecto- es uno de los responsables de esa singularidad. Según cuenta el inventor del circuito, Fumio Mieda, su idea inicial iba por otros caminos; pero, para conseguir un mayor rango dinámico en el efecto, decidió emplear una bombilla acoplada a varias fotorresistencias (en concreto 4, una por cada etapa de phasing). Debido a los problemas que encontró para conseguir bombillas con la respuesta adecuada a sus necesidades, hubo de desarrollar un oscilador propio, basado únicamente en resistencias, condensadores y transistores. En sus propias palabras, “este no era un método que los ingenieros emplearan usualmente, pero quería probar ya que me gustaba probar cosas nuevas”. Desde luego, el resultado le dio la razón.
Esta peculiaridad del circuito es la que ha hecho que muy pocos clones del Uni-Vibe lleguen a ofrecer la calidad o, al menos, el sonido casi único del modelo original. El único de los constructores modernos que proclama haber conseguido una fidelidad total con el sonido del original es Mike Fuller, de Fulltone. Según explica en su web, hace construir sus fotorresistencias y sus bombillas a partir de las especificaciones de las que extrajo del interior de cuatro Uni-Vibe´s originales. ¿Mojo o realidad? Una vez más, dejamos la elección a los oídos de los lectores.
Otra de las curiosidades del modelo original es que no es True Bypass. De hecho, ni siquiera lleva un conmutador de pie, sino que lleva uno de mano que activa o apaga la corriente. A diferencia de otros efectos que tampoco llevan True Bypass, el Uni-Vibe original no nos va a provocar pérdida de tono en nuestro sonido. Sin embargo, lo que sí que se aprecia es una ligera disminución del volumen total de la guitarra incluso cuando el control de volumen del pedal está al máximo. No todo iba a ser perfecto, ¿no?
¡¡¡Yo quiero uno!!!
Debido a la fama que alcanzó el Uni-Vibe original – y que lo ha situado como uno de los clásicos – han surgido multitud de circuitos tratando de simular el sonido del efecto original. Se da el caso de que algunos de los fabricantes reconocen haber seguido al pie de la letra las indicaciones del circuito, tratando así de conseguir un sonido lo más cercano posible al primigenio. Una política no tan común cuando hablamos de otros circuitos, en los que cada fabricante trata de demostrar la exclusividad y originalidad de su efecto. Por otro lado, algunos tratan de acercarse al sonido deseado intentando emular la dinámica y el efecto envolvente que daban los Leslies, dado que se cree que el sonido que trataba de conseguir el Uni-Vibe era exactamente ese. Desde luego, hay algunos que se acercan mucho… aunque no todos.
Siendo realista, está claro que conseguir un modelo original es, cuanto menos, complicado. Para todos aquellos que no se contenten con conseguir una reedición del original o adquirir uno de los efectos similares – que no idénticos- queda la alternativa del DIY. El proyecto está ampliamente documentado en la red aunque el referente en cuanto a información sobre este modelo es la web del gurú de los efectos analógicos R. G. Keen. Ahí podréis encontrar un detallado análisis del circuito así como un proyecto con toda la información necesaria para construir un clon. También tenemos el mismo proyecto, pero en castellano, en la magnífica web de Pisotones.
Sin embargo, a la hora de fabricarnos un clon –para uso casero- nos encontraremos con los mismos problemas con los que tropiezan los fabricantes actuales: la falta de disponibilidad de las piezas originales. En algunas tiendas dedicadas al DIY podremos encontrar repuestos con características similares a los de las piezas originales, con los que conseguir un sonido muy próximo al que buscamos. ¿Sonará igual? Prácticamente imposible. Estamos en uno de los pocos casos en los que hemos de reconocer que los componentes empleados en la construcción le dan magia –llámalo mojo- al resultado final. Todos tenemos nuestro punto débil.
David Vie
1 comentarios en
José Manuel Lopez el 23 junio, 2014 a las 4:02 pm:
Lección magistral Doctor.
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