Electro Harmonix Poly Phase
Los efectos de Electro-Harmonix siempre se han caracterizado por añadir una personalidad única al sonido de la guitarra. Esto implica que, aunque tienen una legión de seguidores y usuarios, también hay multitud de guitarristas que no se sienten a gusto con ellos debido a ese “exceso” de personalidad. El EH Poly Phase que nos ocupa no es una excepción.
En el diseño del circuito, parece que los ingenieros de EH quisieron dar un paso más allá en el concepto de phaser. Tradicionalmente, el “corazón” de un phaser está en el oscilador de baja frecuencia (LFO) que regula la velocidad con la que la señal original ha de pasar por cada una de las etapas de desfase, provocando de esta forma una señal desplazada en frecuencia (pitch = tono). En función del número de etapas de desfase y de sus correspondientes filtros, la señal resultante tendrá un efecto más pronunciado. Para hacernos una idea, el MXR Phase 45 tiene 2 etapas, mientras que el MXR Phase 90 o el Univibe tienen 4 etapas. El Poly Phase monta 8 etapas, aunque tan sólo 6 de ellas son variables.
Hasta este punto, podríamos decir que esto no implica nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, en este punto es donde el diseño del pedal da un paso adelante. Además del modo “tradicional” de funcionamiento (modo SWEEP) nos encontramos con que podemos hacer trabajar al pedal en modo ENV. Al hacer esto, anularemos el LFO y la respuesta del phaser vendrá marcada por la intensidad de nuestro toque. Suena interesante.
¿Pero cómo se consigue esto?
En este modo de trabajo (ENV), lo que nos encontramos es con un filtro de envolvente. Este filtro detecta la intensidad con la que atacamos las notas y proporciona un barrido en función de ésta. Así, una pulsación sutil de las cuerdas provocará una respuesta suave del efecto mientras que si atacamos con fuerza, la oscilación resultante será mucho más profunda. Esto, que a priori parece más un lío a la hora de usar el efecto, es en realidad una herramienta que nos proporciona una tremenda paleta de sonidos simplemente al alcance de nuestra púa o nuestros dedos. Sin lugar a dudas, esta posibilidad es lo que confiere un plus de versatilidad a este pedal frente a los phasers tradicionales.
Los aspectos generales del pedal son los típicos de los Electro-Harmonix de segunda generación: caja de dimensiones descomunales (20cmx16cm), no es true bypass y no necesita alimentación externa ya que lleva un transformador interno para proporcionar los 15V a los que trabaja. El buffer -que se mantiene activo tengamos o no el efecto en marcha- no chupa tono de forma apreciable, a diferencia de las series posteriores de EH, conocidas por la gran pérdida de agudos en modo bypass. Además, no hay salto de volumen alguno al encender o apagar el efecto, otro de los problemas característicos de algunos modelos de esta marca (véase, por ejemplo, el Small Stone).
En el frontal superior nos encontramos con el interruptor de encendido y apagado general, los jacks de conexión y el selector de modo (sweep o env). El efecto dispone de una salida directa de señal no procesada. Esto nos permite emplear –si fuera necesario- dos amplificadores simultáneamente, uno con la señal limpia y otro con la señal procesada. O, alternativamente, emplear esta salida para conectar, por ejemplo, un afinador. Bastante práctico.
En cuanto a los controles del efecto, tenemos que diferenciar entre los dos modos de funcionamiento:
Modo Sweep:
En esta posición tan sólo son operativos los controles de Rate y Feedback. El Rate simplemente controla la velocidad del oscilador, proporcionando modificaciones sutiles del sonido (Muestra 1 – Rate: 10 en punto) u oscilaciones mucho más presentes en el sonido final (Muestra 2 – Rate: 2 en punto). Aparentemente, a mayor velocidad del oscilador, la amplitud de la onda se reduce para mantener el nivel del efecto en los límites de lo musical.
El Feedback controla la realimentación, provocando que la señal ya procesada vuelta a pasar por las etapas de desfase en mayor o menor medida. Podríamos entenderlo como el nivel de intensidad del efecto. Es especialmente útil cuando trabajamos con oscilaciones de baja velocidad ya que intensifica la presencia del efecto.
Modo Env:
En este modo de trabajo deja de ser operativo el control de Rate, ya que la velocidad de la oscilación del phaser pasa a estar controlada por el filtro de envolvente, que detectará la intensidad de nuestro toque para, en función de este, ofrecer una mayor o menor oscilación. De esta forma, el control principal pasa a ser el Envelope Sensitivity, que va a marcar el umbral mínimo de intensidad de la señal que activa el filtro. Es decir, con este control configuramos cómo de fuerte hemos de tocar para que el efecto actúe de una forma considerable. En la siguiente muestra podéis escuchar cómo evoluciona el sonido mientras variamos el potenciómetro de Sensitivity (Muestra 3).
Adicionalmente, podemos añadir cierta modulación al sonido final a trabes de los dos controles de Envelope Modulation y Modulation Rate. Para entendernos, podemos decir que estamos añadiendo una modulación constante a la que ya viene provocada por la intensidad de nuestro toque. Complejo, ¿no? Mejor oírlo. (Muestra 4)
En nuestra opinión, este pedal permite obtener sonidos muy interesantes tanto a la hora de trabajar con guitarras rítmicas como para enriquecer o matizar el tono de una guitarra solista. A
la vez, hará las delicias de aquellos que buscan crear texturas “marcianas” a través de los phasers, debido fundamentalmente a la capacidad de realimentar la señal ya procesada mediante el control de feedback. Sin embargo, la marcada personalidad del sonido resultante puede entenderse a la vez como una virtud y un defecto. Puede que lo ames, puede que lo odies. Cabe destacar, además, que el control de la respuesta del efecto a través de la intensidad con la que ataquemos las cuerdas le da al pedal un plus de musicalidad, especialmente para usuarios avanzados, con una gran dinámica en su mano derecha.
Los audios de las muestras están a tu disposición en en el número 6 de la revista.
David Vie
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