Jorge Bueno George Amps I
Corría la primavera de 1994 cuando Jorge Bueno, ingeniero de telecomunicaciones, decidió dejar su trabajo y dedicarse por completo al mundo de la música y más concretamente al de la amplificación a válvulas. Fue entonces cuando nació AMPTEK, un taller pionero en Barcelona especializado en la reparación y customización de amplificadores a válvulas. Más tarde, en 1999 construyó su primera etapa de potencia a válvulas por encargo del guitarrista de La Rabia del Milenio.
A partir de ahí, animado por algunos clientes e influido por los constructores de amplificadores de boutique de Estados Unidos, comienza a trabajar en sus propios modelos. Hoy, una década después, Jorge Bueno se ha convertido en uno de los gurús de la amplificación en España y sus amplificadores son demandados por todos aquellos a los que obsesiona el tono.
¿De qué manera y por qué comenzaste a interesarte por el mundo de la música y en especial de los amplificadores?
Mi interés por la música empezó hace muchos años, hacia finales de los años setenta. El punk, el rock’n’roll, el pop y la new wave fueron mis inicios en este mundo como devorador de vinilos. Y la cosa no ha cambiado demasiado. Sigo siendo muy sensible a esos temazos de un par de minutos de los Ramones o de los Buzzcocks. Qué le vamos a hacer.
El tema del interés por la guitarra como instrumento vino más tarde. Ya había cumplido los 20 años cuando me compré mi primera Strat. Y lo de las válvulas tuvo que esperar todavía más. Ya me había metido en los treinta cuando empecé a clavar los codos ante el primer libro de Kevin O’Connor: The Ultimate Tone.
¿Cómo fue tu aprendizaje?
Acabé Ingeniería en Telecomunicaciones en el año 85 y después estuve trabajando como ingeniero de sistemas durante 8 años. Hacíamos proyectos a medida para fabricantes de maquinaria industrial -desarrollos de hardware y de software-. Fue una etapa muy divertida. Muy ‘digital’. Pero el tema del sonido y de la amplificación a válvulas cada vez me interesaban más. Lamentablemente, no tocamos el tema de la válvula cuando estudié Ingeniería, por lo que tuve que buscarme la vida para conseguir literatura especializada y ponerme al día.
¿Quiénes fueron tus maestros?
La literatura de Kevin O’Connor, Gerald Weber, Ken Fischer, Dan Torres, Tom Mitchell y John Sprung fueron mis primeras influencias. Leí todo lo que tenían publicado y fue entonces cuando empecé a ‘enfermar’. Modificaciones, restauraciones, customs, boutique,… me metí de lleno en este mundo tan fascinante del que todavía no he logrado salir.
¿Cómo surgió AMPTEK?
Un buen día decidí dejar mi trabajo como Ingeniero para aventurarme en el mundo del instrumento musical. Estuve un par de meses pensando en cómo arrancar con la nueva actividad. En ese momento empezó a funcionar Amptek. Era la primavera del 94. Recuerdo que hice unos cuantos carteles anunciando la apertura del taller de reparaciones y de modificaciones. Los repartí por los locales de ensayo de Barcelona y así empezó todo. La idea inicial de Amptek era simplemente el montar un taller de reparaciones especializado en válvulas. Tuvimos la suerte de que en aquel momento nadie ‘tocaba’ el tema de las válvulas. Muchos talleres oficiales no querían saber nada de amplificadores antiguos. Y nosotros nos hicimos cargo de todos aquellos ‘enfermos’. Fuimos pioneros en Barcelona en este tema. Nadie antes había montado un taller con la idea no sólo de reparar sino también de modificar, customizar y restaurar amplificadores de válvulas.
Actualmente se está poniendo muy de moda todo el tema de boutique, también en amplificadores. ¿Qué ventajas ofrecen sobre los amplificadores realizados en serie por las grandes marcas?
La diferencia es clara. Un amplificador de boutique, es decir el que está fabricado totalmente de forma artesanal, se suele montar por una única persona y utiliza componentes electrónicos de muy alta calidad. Estos dos puntos son básicos. Le dan al amplificador fiabilidad y consistencia por un lado y la calidad tonal que no tiene un amplificador de producción masiva por el otro. Un amplificador de boutique es un amplificador de ‘luthier electrónico’ con todo lo que eso implica.
¿Es tan decisivo en el resultado final, en el sonido, que un amplificador esté realizado punto a punto en vez de con circuito impreso?
Sí. Definitivamente sí que es importante. Y es muy fácil de justificar. La señal no fluye de la misma forma a través de un buen cable de cobre que a través de una pista de un circuito impreso. Es pura lógica. Si partimos de un mismo circuito electrónico y montamos un amplificador cableado a mano y otro con circuito impreso seguro que sonará mejor el cableado a mano. Respirará mucho más y tendrá un tono más definido y dinámico. Aunque ambos utilicen los mismos componentes electrónicos. No hay mas que fijarse en las reediciones de conocidas empresas americanas (no citaré nombres). Quedan en evidencia al ponerlas al lado de los amplificadores originales de la época o incluso de las réplicas que hacen fabricantes de boutique. Los circuitos son los mismos, los componentes podrían ser similares, pero el sonido no lo es. Y gran parte de esta diferencia es debida al cómo está hecho el amplificador.
Por supuesto que hay grandes amplificadores en el mercado que utilizan circuito impreso. Prefiero no citar marcas tampoco. Y algunos de ellos suenan increíbles, de lo mejorcito que he oído nunca. Suelen ser amplificadores complejos, muy difíciles de cablear a mano. Pero seguro que si se pudieran cablear a mano sonarían mejor.
¿Cuáles son los componentes fundamentales que, desde el punto de vista técnico, hacen que un amplificador de boutique sea, en principio, mejor que uno de serie?
Todos los componentes son importantes: conectores, resistencias, condensadores, transformadores, válvulas, altavoces,… si la señal de audio pasa a través de ellos se convierten en puntos estratégicos del amplificador. Un amplificador de serie podría utilizar perfectamente los mismos componentes que utiliza un amplificador de boutique. Pero los objetivos finales de los dos productos son diferentes. El amplificador de serie busca la venta masiva, busca un precio competitivo, busca luchar por un liderazgo en un sector de mercado.
Muchos de ellos son productos de temporada que siguen las demandas del mercado y que mueren a los pocos años de haber nacido. Por estos motivos también suelen ser productos que utilizan componentes de inferior calidad y eso se nota en el tono final. Pero el mercado es muy grande y hay lugar para todos.
¿En qué medida cada uno de los componentes principales de un amplificador influye en el sonido, resultado, final?
Como he comentado antes, todos los componentes que están en el circuito de audio son importantes. Uno de los componentes más olvidado hasta hace poco era el altavoz. Y es una pieza básica. El altavoz puede cambiar drásticamente el sonido del amplificador. Puede reconducir el tono del amplificador en función del modelo utilizado. Es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de hacer mejoras.
El circuito utilizado define el camino por el que irá el amplificador. Se puede matizar el tono cambiando válvulas, altavoces o transformadores pero hay unas guías que conducen al amplificador por ese camino.
Las válvulas, condensadores y transformadores acaban de matizar el tono final. Y en el caso de los combos y pantallas de altavoces el tipo de madera y el grosor de la misma son factores también muy importantes. La resonancia del recinto acústico y la definición y contundencia del sonido dependen del volumen interno, de las maderas y del tipo de ensamblaje.
En cuanto a los altavoces: ¿Qué diferencia a uno de alnico de otro cerámico?
Básicamente la eficiencia. Los altavoces cerámicos son más modernos que los de alnico y son más eficientes ya que la fuerza del imán cerámico es superior a la del alnico. El comportamiento es muy diferente. El altavoz de alnico aporta tonalidades mucho más cálidas y musicales. Se adapta perfectamente a los sonidos limpios y saturados (overdrive). En cambio con las distorsiones no se lleva demasiado bien. No trabaja bien la onda cuadrada de la distorsión. Y aquí es donde el altavoz cerámico se desenvuelve con mucha más soltura. La dinámica y la eficiencia de este tipo de altavoz hacen que las distorsiones fluyan con más facilidad. Yo personalmente no me decanto por un altavoz u otro. Ambas opciones pueden ser válidas. Todo depende de dónde se pongan y para qué se vayan a utilizar.
En cuanto al material: ¿Es tan importante como ocurre en las guitarras que la caja sonora no esté fabricada con maderas laminadas y demás?
Como he comentado antes, la madera influye en el sonido de un recinto acústico. Cuanto más dura sea la madera y más rígido sea el recinto, el sonido tenderá a ser más agudo y brillante. Es lo que sucede cuando se utilizan maderas macizas en lugar de los contrachapados o laminados clásicos. El resultado final también va a gustos. A mi personalmente me gusta más el tono del laminado. Me parece más balanceado y más cremoso. En nuestros amplificadores George utilizamos contrachapado de pino para la fabricación del mueble. Pero el frontal de los combos y de las pantallas lo hacemos con contrachapado de abedul. Tiene más riqueza armónica y define mejor el sonido. La excepción es nuestra pantalla de bajo de 4x10” (George V410B). Esta pantalla está hecha toda de abedul para bajar la frecuencia de resonancia. El resultado es un sonido mucho más compacto y definido, sobre todo en frecuencias bajas.
En cuanto al material: ¿Es tan importante como ocurre en las guitarras que la caja sonora no esté fabricada con maderas laminadas y demás?
Como he comentado antes, la madera influye en el sonido de un recinto acústico. Cuanto más dura sea la madera y más rígido sea el recinto, el sonido tenderá a ser más agudo y brillante. Es lo que sucede cuando se utilizan maderas macizas en lugar de los contrachapados o laminados clásicos. El resultado final también va a gustos. A mi personalmente me gusta más el tono del laminado. Me parece más balanceado y más cremoso. En nuestros amplificadores George utilizamos contrachapado de pino para la fabricación del mueble. Pero el frontal de los combos y de las pantallas lo hacemos con contrachapado de abedul. Tiene más riqueza armónica y define mejor el sonido. La excepción es nuestra pantalla de bajo de 4x10” (George V410B). Esta pantalla está hecha toda de abedul para bajar la frecuencia de resonancia. El resultado es un sonido mucho más compacto y definido, sobre todo en frecuencias bajas.
¿Es el circuito lo que determina realmente el sonido del amplificador?
Así es. El circuito encamina el sonido del amplificador.
En cuanto a las válvulas, generalmente se asocian las 6V6 a los amplis Fender, la EL84 a los VOX, etc. ¿Depende realmente de ellas el sonido, el carácter del amplificador? Si fuera así, ¿sería lógico pues pensar que amplificadores que aceptan todo tipo de válvulas podrán sonar de todas las formas posibles o esto último es ciencia ficción?
Es ciencia ficción. Un amplificador basa su sonido en el circuito utilizado. Las válvulas acaban de darle un carácter u otro. Está claro que un Fender con EL34 no suena a Marshal ni un Hiwatt con 6L6 a Fender. Si que se puede hablar de que un Fender con EL34 puede tener hilos de tonos británicos, pero no porque la válvula suene a VOX u Orange sino por el tono propio de la válvula.
También es cierto que los circuitos clásicos están asociados a modelos de válvulas concretos y esa combinación tiene como resultado un tono característico. Si rompemos esa asociación cambiará el tono del amplificador pero no hasta el extremo de convertirlo en otro amplificador completamente diferente.
¿Qué diferencia existe entre la clase A y la A/B, en especial a nivel sonoro?
Estas dos clases de trabajo están relacionadas con la polarización de las válvulas de potencia. La Clase A pura la encontramos en amplificadores Single-Ended como por ejemplo un Champ. Los amplificadores con topología Push-Pull pueden trabajar en Clase AB o en una pseudo-Clase A (polarización por cátodo). El sonido cambia radicalmente si hacemos trabajar la etapa de potencia de una forma o de la otra. La Clase A entrega menos potencia pero tiene más fuerza y empuje (‘punch’). El sonido en Clase A es también más rico en armónicos y por lo tanto más ‘lleno’. Es mi favorita sin lugar a dudas.
¿Es un amplificador a válvulas realmente un buen compañero para usar en una casa?
Sí. Es la mejor opción para tocar en casa pero con los vatios adecuados. Un amplificador doméstico no tendría que tener más de 2 vatios. Lo recomendable es 1 vatio o incluso menos. Con esta potencia el tono de un amplificador a válvulas es claramente ganador.
En el caso de tener que utilizar un dispositivo para reducir la potencia la mejor opción es un atenuador ya que te permite bajar la potencia con más eficiencia. El atenuador puede afectar al tono del amplificador, pero también afectan otros sistemas como el Tone Bone o el Pentodo/Triodo.
¿El volumen es sólo una cuestión de Watts o también de percepción?
Los vatios son importantes. Cuantos menos vatios tenga el amplificador más fácil será sacar ese tono mágico de la válvula a bajo volumen. Pero también ayuda el tono propio del amplificador. Cuanto más cálido y cremoso sea, mucho más musical sonará a bajos volúmenes.
Actualmente tienes varios modelos de amplificador fabricados por ti. ¿Podrías contarnos brevemente sus características y definir cómo son, cómo suenan y qué espectro cubren?
Con los modelos de amplificadores que tenemos intentamos cubrir el máximo de gama en cuanto a tonos y distorsiones.
El AxeFive tiene un sonido limpio y gordo al que le puedes sacar un partido sorprendente en estudio y en casa gracias a sus 2 vatios de potencia.
El Thunderbird es el hermano grande del AxeFive. Potente, contundente, dinámico. El margen de limpio es muy grande y se puede utilizar tanto en jazz y rockabilly como para rock potente combinado con un buen pedal de distorsión. Es muy versátil.
El tono del Monarch es cremoso y cálido. Muy dulce pero a la vez fuerte y definido. Las KT66 le dan un carácter muy especial.
El Tornado y el ElDorado son PURO TONO. La Clase A les da una elegancia natural y mucha fuerza. Los armónicos entregados por las EL84 llevadas al límite hacen que el sonido sea denso, perfilado y sobre todo roquero. Muy roquero.
El Viper II es PURA FUERZA. Demoledor. La garra que tienen las KT88 es indiscutible. La distorsión está basada en tonos clásicos de los ochenta pero llevada a nuestro terreno más personal. Quizás algo minimalista en cuanto a prestaciones pero definitivo en cuanto a tono.
El Vulcano es nuestro buque insignia. Amplificador de dos canales con las prestaciones suficientes como para no encontrar a faltar el tercer o el cuarto canal. El canal limpio es limpio de verdad. El canal de distorsión puede trabajar en modo Crunch o en modo High-Gain conmutable desde la pedalera. Los sonidos de este segundo canal son ricos y densos.
El Fairlane está siendo una sorpresa incluso para nosotros. Se está vendiendo mucho gracias a su tono y su presencia. Queda demostrado que 200 vatios son más que suficientes para un bajo si la ecualización es la adecuada. Y el Fairlane tiene muy trabajada la EQ.
¿Aceptas también encargos de clonar algún modelo clásico de amplificador?
No. Sólo montamos por encargo los kits que distribuimos de TAD. Hay clientes que prefieren que les montemos nosotros los kits que nos compran y se los entreguemos ajustados y funcionando.
También existe últimamente un resurgir de todo lo vintage. Cada vez son más frecuentes los anuncios de gente que busca un Silverface o un Blackface… A nivel sonoro ¿Consideras que está justificado? ¿Existe algún motivo por el que pudiéramos pensar que un amplificador de 50 años debería sonar mejor que uno fabricado hoy en día con los mejores componentes y el mismo método de fabricación?
No es cuestión de que suenen mejor o peor. Pero si por ejemplo buscas el tono de la guitarra de Neil Young tendrás que ir a parar a un Deluxe Tweed de la época. Son tonalidades que tenemos en la cabeza después de haber oído cientos de discos de esa época y lo que mejor los revive son precisamente los amplis de aquella época. Eso no quiere decir que sean mejores ni peores. Simplemente son la forma más fiel de reproducir aquellos tonos. Con esos amplis se ha escrito el rock y es normal que tengamos esos tonos en nuestro cerebro. Una persona que no ha oído grupos anteriores a los años ochenta no tendría que tener este problema por ejemplo y si los tiene entonces es cuestión de esnobismo.
¿Cómo ves el futuro de los amplificadores? ¿Crees que la emulación llegará a convertirse en un serio rival de la válvula tradicional? ¿Los transistores volverán a ganar protagonismo?
Las modas siguen ciclos. Ahora mismo la válvula está muy arriba. Pero es posible que el transistor vuelva con fuerza en unos años apoyado por esas simulaciones digitales que cada vez son más reales. Pero hasta que eso suceda nosotros seguiremos con nuestras amigas las válvulas.
Además de los amplificadores, también has fabricado pedales de efecto y demás. ¿Puedes contarnos cuáles son tus aportaciones en este mundo?
Pues no son muy extensas en la actualidad. Nuestro pedal de distorsión AxePow es de los primeros productos que empezamos a fabricar. Lleva muchos años con nosotros. Pero tenemos una par de nuevos proyectos en cartera. Uno de ellos es una línea de pedales de efectos entre los que estará el clásico AxePow con un nuevo traje. Y el segundo proyecto es un nuevo amplificador basado en un clásico americano de los cincuenta. Pero de momento sólo puedo adelantaros que NO se trata de un Tweed.
Óscar Aranda
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