Revista de Guitarras

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Fender 1965 Deluxe Reverb

 Estamos hablando de mi ampli favorito de todos los tiempos, el Fender Deluxe Reverb. Del DR me gustan hasta los andares. Intentar describirlo en pocas palabras es jar­to complicado, podría estar una tarde entera: manejable, sonido dulce y cantarín gracias a las 6V6 – ¿hay algo mejor que dos 6V6 ca­lenticas calentitas? – y la válvula rectificadora GZ34/5AR4, saaaaaaag por los cuatro costa­dos, reverb y trémolo absolutamente ce-les-tia-les, todo-terreno, se lleva de maravilla con pedalitos tipo tubescreamer para sacarle un crunch bluesero im-presionante, pesa poco y tiene suficiente potencia para sacarlo a pasear o la justa para apretarle la oreja en el ensayo sin quedarse sordo. Para mi gusto es el ampli perfecto. Tiene un sello personal inconfundi­ble, cuando la gente habla del “sonido limpio Fender” se refiere a los Twins y a los Deluxes, esos cacharros que marcaron una época y que dejaron su marca en miles de discos.

El DR es una especie de Gracita Morales del rock/blues/country: tiene un timbre incon­fundible. Le gusta más el blues y los terre­nos limpio/rotos que a un DIYer una Dremel. No engaña, es un sonido puro y sin controles master o cacharrismos rarunos que impidan el auténtico disfrute de la conexión ampli-ca­ble-guitarra directamente a oreja. Una Tele o una Strat conectada a un DR convierten al gui­tarrista más estrecho en multiorgásmico con sólo pulsar el Standby.

Llevaba años con la mosca detrás de la ore­ja… Noche sí y noche también me acostaba con un eco en el celebro: “Quiero un ‘65, quiero un ‘65, quiero un ‘65, tengo que matar al pre­sidente, tengo que matar al presidente…”. Du­rante todo ese tiempo mi querido Maricón de la Capa Verde me intentaba desviar del cami­no de la verdad, enviándome todo tipo de chu­ches y guarrerías que sonaban de escándalo, pero que seguían sin ser un DR. “Mira Chals, prueba este Tenoxy… acabo de apañar un Fis­troAmp que se caga la perra…”. Que no coño, que yo quería un Deluxe Reverb. Gbase, ebay, tiendas en Inglaterra y USA…. Nada bajaba de los 3000 dólares. Y es que es casi imposible encontrarlos por debajo de este precio sin que tengan apaños/tuneos importantes.

Justo después de la cuesta de enero, el reci­bo del cole del niño con material escolar y uni­formes (¿200 euros en camisetas y gayumbos? Pero que se ponga los mismos todos los días coño, ¡que no gano para válvulas! Si lo hice durante mi época universitaria por qué no lo va a hacer mi hijo…), además del puñetero IVA trimestral de autónomos y que Godzilita del Jesús arrancó la puerta del armario y otros gastos que prefiero olvidar aparece un Deluxe Reverb del ‘65 por 1995 dólares en una tienda Yanki de la que pillo muchas chuches.

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Me miro al espejo y digo “que le den por culo, vendo a los niños y a mi madre si hace falta”. Total, que me lanzo al grito de “¡Los Chuches!”, email cagando melodías al yanki, sudores fríos durante un día y medio hasta que contesta con el “sí, quiero” y en 3 días el ca­charro en casa. No voy a describir la sensación al abrir la caja con pelos y señales porque es auténticamente porno: “La Tuneladora de Yu­catán plantó sus robustas manos erosionadas por el trabajo en la plantación de yuca sobre los firmes senos de Yeneire Benemérita. Ella gritaba el nombre del capataz “¡Wilson, Wil­son!” mientras sus sudores se entremezcla­ban con su pasión. A Wolford no le importaba, estaba concentrado en que su tótem del amor contuviera la carga de 300 toneladas de si­miente poderosa”. Amos, que os lo imagináis.

Historia

Aunque los primeros Deluxe no se parecían en nada, sí que son primos hermanos y el primer modelo se diseñó en 1946, el famoso “Woodie” (sin tolex ni leches, ¡parecía la tele de mi abuela!). De ahí evolucionó a las versio­nes Tweed hasta llegar al Brownface en 1961. Las versiones anteriores del Deluxe soltaban entre 10 y 15w de tralla, poco o ningún techo limpio (empiezan a rajar rollo Stoniano al 3….), todo mala leche, nada que ver con el mítico Deluxe Reverb del ‘65.

El Brownface se empezaba a parecer al ampli que Fender decidió reeditar en 1993 y que ahora encontramos en infinito-mil habi­taciones, locales de ensayo, garitos, etc. ¿La diferencia principal con el DR? Estos no lleva­ban reverb, eran sólo Deluxe, su circuito era muy parecido pero sin reverb. Precisamente por eso no son tan populares entre los colec­cionistas, parece que al no llevar esa etapa añadida de la reverb son más blanditos y no rajan tanto. Añadir reverb convirtió al Deluxe en una máquina todoterreno, perfecta para garitos pequeños, con un limpio Fender ca­racterístico a bajo volumen y tralla para abu­rrir cuando se aprieta.

Tanto el Deluxe como el Deluxe Reverb sa­len en 1963. Aquí viene lo curioso – el mo­delo sin reverb duró 3 años, mientras que su hermano mayor se graduó con matrícula de honor y ha seguido dando tralla hasta ayer mismo (y lo que le que­da…). Tan “bedírico” como que el martes pasado le estuve dando cera a mi Reissue atuneado en los locales, tocándome unos temas de Hound Dog Taylor y Slim Harpo a todo trapo.

El Deluxe Reverb es un ampli que re­cibió muy pocos cambios entre la versión BF y los primeros SF. De hecho, los afamados “silver trim” de la época 67-69 son casi idén­ticos, el circuito es prácticamente el mismo y sólo cambian algunas piezas y la calidad de algunos componentes, nada que no se pueda solucionar con la ayuda de Mr. Soldattore en un periquete. Con suerte consigues un ejem­plar con las piezas que les sobraban de la época CBS, algunos se pueden ver en modelos hasta del 70.

Los de primeros de los 70 mantienen la cali­dad de la primera época post-CBS. A partir del 72/73 ya se resienten cosa mala y de ahí a fina­les son esos amplis que dan tan mala fama a los Silverface. Los componentes son más ba­ratos, los trafos no suenan igual y son amplis con menos carácter aunque se pueden apañar por pocas perras. Lo único que me da pena es que mucha gente los vende como “Deluxe Reverbs vintage de los caros” y yo los evitaría como la peste si no es para meterles mano y cambiar un par de cosillas.

En los años 80 sacaron una guarrería que no tiene absolutamente nada que ver con el uni­verso Deluxe Reverb (sólo el nombre).

El DR desapareció unos años y en 1993 sa­lieron las primeras reediciones. Para mi gus­to es la mejor reedición que ha hecho Fender jamás (con el Bassman 59 que le sigue muy de cerca) y juega en la misma liga que sus hermanos viejunos, a pesar de la PCB y los retoques que le hicieron al circuito original. Mi querido Maestro Carbitas se sentó una tar­de a diseccionar el circuito del RI y encontró pocas diferencias con el original… Con unas pequeñas modificaciones se puede conseguir un sonido mucho más parecido al DR blackfa­ce original aunque el ampli tal y como viene de fábrica es una maravilla (sólo necesita un pequeño ajuste de bias, suele venir congelado de fábrica – una estrategia cojonuda para el músico de habitación, la diferencia en sonido a volúmenes bajos casi ni se nota y así las vál­vulas duran eones).

Puedes leer más sobre las mods de los Reissue en el apartado de “Trucos y Ajustes de este número”.

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Canales

Típica configuración de los amplis Fender con reverb y 2 Canales – canal normal y ca­nal vibrato. El primero lleva la ecualización de Treble y Bass, con su control de volumen y el segundo lleva lo mismo + reverb y trémolo. El primer canal tiende a ser más oscuro y el segundo más “chillón”, por eso muchos afi­cionados al cacharrerismo hacen la famosa mod para añadirle reverb a los dos canales. El primer canal es más rockerete y el segundo limpio Fender cristalino del bueno. Estos tras­tos no tienen control de medios porque viene fijado de fábrica por una resistencia a un valor preestablecido (se puede modificar fácilmente y hacer otras perrerías).

El canal vibrato del cacharro es cosa seria por una razón muy sencilla: lleva un pedalico para conmutar la reverb y el trémolo. Cli-ka Cli-ka y tienes un mundo a tus pies. Con un par de pedales puedes cubrir muuuuucho te­rreno, ya sea Paulizado o Telecasterizado.

Para rollo clasicorro sólo necesitas un tu­be-screamer (quizás un afinador para los más especialitos o que toquen para públicos con la oreja más afinada, lease guitarristas/mú­sicos sobrios y/o antes de beberse la fuente de Maus/Pacharanes). Va desde limpios pop, surf, funk, country hasta rocanrola, country-rock, garage o blues. Un poquito más de tralla y hasta se adapta al hard rock y punk, aunque no es su fuerte. También se lleva de maravi­lla con otros pedales, pero si quieres meterle caña de España píllate un Randall y no te ol­vides de pasarle el trapito a la Rickson Tur­botorpedo Plus con pastillas triple rectifayer tipo rails antes de darle cera a los temas de los Judas. Desgraciadamente, es para lo úni­co que el DR no sirve.

Sonido

Estamos hablando de un ampli que suena tan jodidamente bien que cuando llevas un rato tocando te dan ganas de agacharte y su­surrarle al oído lo que dicen los chinos de mi barrio cuando voy a por la litrona “¡GALASIA!”. No sólo eso, sino que es tan educado y agra­decido que cuando te tocas un solo de surf en la sexta cuerda a partir del traste 12 parece que te está diciendo “a ti, majete”.

El ampli tiene un rango de sonidos desde el 1 al 10, como en cualquier ampli a válvu­las – cuanto más lo aprietas, más se cabrea y más satura, como tiene que ser. Tienden a ser bastante limpitos en gran parte del re­corrido. Estos bichos dan 22w pero ya al uno dan MUCHO volumen. Y es una pena, porque sólo empiezas a descubrir a lo que suena este ampli a partir del dos, ahí el volumen ya es demasiado para casa. Al uno suena demasiado fino, muy chilloncete y “twangy”, fenderoso pero sin cuerpo. Al dos el ampli vuelve a la vida. Se vuelve redondo y dulce, con un twang no tan áspero, delicioso, ya no tienes que domar tanto el control de Treble sino que puedes jugar con él, interactúa de maravilla. Lo suyo es dejar tanto el Treble como el Bass al 6/7, dependiendo de la gui­tarra que toques (si es más chillona tirar de Treble para abajo y en guitarras con dobles hacer lo mismo pero con el Bass).

Al 3 el miembro viril empieza a sentir el pulso de endorfinas en un chorro directo desde el celebro, bajan a unos 240 km/h has­ta el pito. Sí, sí, se te pone dura. Estamos ha­blando de un ampli limpio, con una presen­cia del recopón, se mantiene en el terreno limpiorro que tanto nos gusta de los Fender, pero empieza a decir “me voy a empezar a cabrear en menos de lo que canta una avu­tarda parda”. Si tienes pelotas lo subes entre el 3 y el 5, que es cuando las válvulas de po­tencia empiezan a saturar, sin llegar a hacer el jevis, pero dándolo todo. Aquí el volumen ya es atronador, de garito, y no cualquier ga­rito pequeño. Del 5 al 7 el ampli suelta una tralla blues rock im-presionante. Lo mejor es que todavía lo puedes limpiar con el pote de volumen de la guitarra. En guitarras con humbuckers ya has pasado al terreno cerde­te y no hay marcha atrás, pero con una buena tele o strato todavía se puede limpiar algo y a buen volumen. Es una especie de über-booster, le das rianga rianga con el volumen bajado y cuando quieres dejar sordo al per­sonal abres el volumen al diez. Citando he­chos bedíricos, Germino, el gafapasta de la tercera fila, no ha vuelto a ir a un concierto de sus colegas “Los Domingas” después de que Joe Domingas le volara la cabeza con su DR y una Gretsch a dolor.

Y lo mejor para el final. Entre el 7 y el 9 el ampli SATURA lo que no está escrito. Sí sí, ese Fender limpito que hacía un poquito de twang aquí y twang allá, maquíllate maquílla­te, da una CERA QUE MOTHER MINE. Como en todos los Fender, para mi gusto el 10 ya va demasiado pasado de vueltas. Al 9 es rock-a-todo-trapo-man.

Me quedo con el DR para guitarras con sin­gles. Creo que es donde se encuentra más cómodo, con una Paula hace algo de pelota de graves cuando subes el volumen y te obli­ga a domarlo con el Bass. Otra cosa que me pasa es que la Reverb embarulla cosa mala con dobles. Las SG´s están un poco a medio camino pero no consigo sacarles ese rollito afilado que tienen y esa pegada que lógica­mente sólo consigues con un Marchall. Con una Tele le puedes sacar sonidos surf, funk, blues, poppy, rock y hasta hard rock. De he­cho, el año pasado pedí para reyes una se­mana en una isla desierta con el DR y la Tele Bigsby ’73 pero mi señora dijo que ya si eso me podía ir a tomar por el culo un poquito. Para ser sincero, creo que fue por abusón (también pedí un barril de Mahou).

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¿Quién toca este cacharro?

La gente se pregunta: ¿Hay fotos de María del Monte en bolas en Internet? Ni idea, pero sí que estoy seguro al 99.9% que el Deluxe Re­verb ha aparecido en más discos de los que nos imaginamos. No es un ampli que haya aparecido en muchos escenarios con toca­mientos por parte del famoseo porque esos 22w en un escenario grande los podría tapar hasta los peos de las negrazas coristas. Recti­fico. Los peos de las negrazas coristas pueden llegar a tapar hasta a una batería, pero eso ya lo explicaremos en otro artículo.

El DR dejó su sello en un montón de épo­cas: Motown, Country, la escena Nashville, el pop sesentero, etc. Hablando en plata, en el estudio los ha usado todo dios. Brent Mason y Dwight Yokoam son dos pistoleros country que los exprimen con sus telecas como si se fuera a acabar el chopped en el Carriful. La gente se piensa que el Twin es el mega-ampli de los countrymen, pero en el estudio muchas veces prefieren grabar con los DR, son más dulces, amables y no tan afilados como los Twin.

Según la leyenda, los Beatles usaron un par de Deluxe Reverbs en el estudio durante la grabación del White Album. Usaban los Twin en directo (se pueden ver en el mítico vídeo de “Don’t let me down” encima del tejado) y los Deluxe en el estudio. A Lennon le ponía más el Deluxe (sin Reverb), me imagino que porque era más limpio que el modelo con Reverb.

Otro grande que no sale de casa sin sus DRs modificados es Trey Anastasio de Phish. Los lleva ultramodificados, hechos a su gusto y de ahí saca ese pedazo de sonido sesual que de­fine su rollo prog-rock.

Lo primero que pide Bill Frisell cuando sale de gira es un DR Reissue. Por supuesto que no saca sus joyitas vintage, sino que confía en el sonido del Reissue para tocar en directo, sea con su Tele o sus jazzeras. Y le saca un tonazo jazz que se caga la perra.

¿Comooooor? ¿El solo de Lukather en “Hold the Line”? Posi, un Deluxe Reverb con una Goldtop del 58. Con un par.

Pues si lo hace Lukather no lo va a hacer Eric Johnson… Otro friki de los DRs, no sólo toca sus Dumble, sino que le mete JBLs a los Deluxe Reverbs para lograr un rollo más hifi. Qué pesadito es, la madre que lo parió, por lo menos toca DRs.

Sonny Landreth, maestro del slide y que también es otro loco de los Dumble, usa sus DRs en el estudio.

Y sin dejarnos a Robben Ford, que es más de apretar el DR un pelín hasta que empiezan a crujir las válvulas de potencia y le dan ese rollito blues cabroncete.

Country, Blues, Jazz, Pop, Rock…. El DR ha metido el hocico en todos estos géneros pero quizás el sonido más reconocible está plas­mado en el “Wicked Game” de Chris Isaak. Su guitarrista sacó un DR viejuno, una strat y un par de pedales de compresión y delay y desde entonces no podemos sacarnos el famoso tuaaaaraaaaauuuuung del celebro ni con una taladradora.

Conclusión

Desde hace casi dos décadas, este cacha­rro está disponible al alcance de todos en su formato Reissue. Pequeñas legiones de frikis han conseguido la versión Silverface, unos la han tuneado para sacarle un jugo más Blac­kface y otros están enamorados de ese rollito limpio, el caso es que todos tienen un gran ampli vintage con un sonido inconfundible. Si eres un afortunado (yo todavía no me lo creo) que has conseguido hacerse con uno original de los 60s seguro que miras con cara de go­losón a tu DR antes de meterte en la cama o salir al curro.

Ojo, que estos trastos enganchan. Y a la que te descuides enamoran. Es uno de esos am­plis de los de “¿qué te llevarías a una isla de­sierta?”. Da igual el que toques, mientras sea un DR. Engancha un DR viejuno, enchufa una buena Teleca y date un garbeo entre Memphis y Abbey Road.

Chals Bestron

Fender

Deluxe Reverb 1965, AB763

Combo a válvulas

AB

22W

2 - Normal y con reverb/Trémolo

1x12” CTS

Previo: 7025

2 x 6V6

GZ34

43x61x25

Menos de 20kg

Tolex Negro

1 comentarios en Fender 1965 Deluxe Reverb

Greg el 1 enero, 2017 a las 6:54 pm:

Hola,
Si es un ampli fantástico.
Yo tengo uno. Original, Blackface, de California con su enchufe Americano (110 vatios).
¿Alguien sabra el valor que tendrá en España?
Vivo en Granada.
Saludos,
Gregory
greg@mcvi.eu

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