Revista de Guitarras

Acoples ¿Cómo evitarlos?

Seguro que más de una vez habéis tenido problemas con esos molestos pitidos que aparecen inesperadamente durante ensayos o conciertos, con­virtiéndose en la peor pesadilla de todo músico y técnico de sonido.

Los acoples bien pueden ser debidos a un mal posicionamiento de la microfonía, ex­cesos de ganancia en el sistema de mo­nitorización, o incluso por problemas internos en las pastillas de guitarra. Con este artículo intentaremos explicar el porqué de todo esto, dando consejos prácticos de cómo evitarlos.

¿Qué son los acoples?

El acople es un fenómeno producido por la realimentación de un sistema cuando éste re­coge su propia señal, reintroduciéndola una y otra vez sin parar.

Cuando hablamos de una imagen, o una señal de video, entonces el aco­ple se traducirá en la repetición de la imagen dentro de sí misma (espejos enfrentados). Para explicar cómo este problema afecta a la acús­tica abordaremos por separado el acople en micrófonos y guitarras.

Acoples en micrófonos

Comenzaremos pues evaluando un siste­ma micrófono-altavoz con un ejemplo sen­cillo. (1) La voz emitida por el cantante es recogida por el micrófono convirtiéndola en una señal eléctrica. (2) Esta señal viaja has­ta nuestro sistema de amplificación dónde se incrementa su amplitud y se envía hacia los monitores. (3) El sistema de altavoces se encarga de transformar las potentes seña­les eléctricas en movimientos oscilatorios que dan lugar al sonido. (4) Parte del soni­do producido por los altavoces es recogido de nuevo por el micrófono, creando una se­ñal eléctrica, (5) que es otra vez es amplifi­cada.

Si la señal recibida por el micrófono es mayor que la señal original, entonces entraremos en un bucle sin fin en el que la señal eléctrica que alimenta al altavoz cre­cerá en cada ciclo, pudiendo llegar a causar graves daños tanto en los altavoces como por supuesto en los oídos de los presentes

Pitidos… ¿De dónde vienen?

Quizás os preguntéis, ¿por qué se escucha un pitido cuando hay un acople, de dónde vie­ne? Cualquier sonido puede expresarse como la suma de una serie de tonos puros o frecuen­cias, algo así como una combinación de notas de guitarra que suenan al unísono con más o menos presencia. Por las características de la sala, micrófonos, altavoces y cadena de ampli­ficación, la respuesta de nuestro sistema no es perfectamente uniforme, por lo que habrá frecuencias que se amplifiquen ligeramente más que otras.

El acople es un fenómeno que se produce por la realimentación del sistema con su propia señal de forma iterativa, causan­do que el proceso de amplificación se aplique una y otra vez en un bucle sin fin.

En cada uno de estos ciclos, se modificará la señal original aumentando más y más las frecuencias dónde había máximos de ganancia. Esto provoca que, en un corto periodo de tiempo, la señal original sea modificada descontroladamente, aumen­tando ciertas frecuencias mucho más rápido que el resto. Cuando esto sucede, acabaremos obteniendo una señal formada por unas pocas frecuencias que sobresalen muy por encima del resto, dando lugar al característico pitido.

 

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Consejos prácticos: cómo evitar acoples de micrófonos

  • Evitar una ganancia excesiva en nuestro sistema de amplificación es una de las claves para evitar problemas: a mayor ganancia, más facilidad de acople.
  • Separar el monitor de los micrófonos ayudará a reducir la señal que realimente nuestro sistema.
  • Orientar altavoces y micrófonos debidamente, es recomendado evitar que estos se coloquen enfrentados con los monitores ya que los micrófonos son más sensibles al sonido que viene directamente frente a ellos.
  • Usar micrófonos más directivos ayudará a recoger un alto nivel de señal directamente de la dirección deseada, disminuyendo las contribuciones de cualquier otra parte. Micrófonos de tipo hipercardioide o supercardioide como por ejemplo Shure Beta 58A tienen una mayor directividad que los típicos cardioide Shure SM58.
  • El uso de ecualización permite reducir la ganancia para determinadas frecuencias problemáticas, en las cuales nuestro sistema presenta picos de ganancia.

Un truco usado por algunos técnicos de so­nido es el de añadir un retraso del sonido que se envía a monitores de aproximadamente 10 milisegundos. De esta forma creamos una in­terrupción temporal del circuito de realimen­tación. Sin embargo, es recomendable dejar este consejo como último recurso, ya que el re­traso entre que emitimos un sonido y lo oímos por los altavoces puede llegar a ser molesto y confuso para los músicos.

En la actualidad existen reductores de aco­ples automáticos, que son capaces de detectar la frecuencia a la cual se produce el acople y crear un filtro específico que reduce la ganan­cia a esa precisa frecuencia. Podemos encon­trar soluciones comerciales por ejemplo con la marca de microfonía Shure, que dispone de consolas mezcladoras inteligentes incorpora­das con esta tecnología, o bien el ecualizador digital DFR11EQ el cual ofrece una protección automática en paralelo de acople, limitador y delay entre otras eficientes funciones.

Acoples de guitarra

El acople en guitarra eléctrica ha sido fre­cuentemente utilizado como un recurso por artistas como Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Syd Barrett o Pete Townshend entre otros. Gene­ralmente estos se crean de forma intencionada cuando nos acercamos mucho a nuestro alta­voz. El elevado nivel sonoro induce la vibración de las cuerdas de guitarra que las hace resonar de forma controlada. A diferencia de los pro­blemas microfonía, en guitarra podemos parar el acople en cualquier momento simplemente apoyando nuestra mano sobre las cuerdas.

Además de estos acoples controlados, de­pendiendo de las características de la guitarra, también puede darse el caso de que aparezcan fuertes pitidos de forma inesperada. Esto ge­neralmente es debido a un mal estado de las pastillas que causa que sus componentes in­ternos vibren descontroladamente y por tanto generen fuertes acoples. Una de las soluciones más comunes para este problema es el uso de cera para rellenar los pequeños espacios de aire en el interior de las pastillas (también co­nocido como wax-poting), y así evitar todo tipo de vibraciones internas indeseadas.

Otro caso de acople puede darse en las guita­rras acústicas. La realimentación en las acústi­cas se debe en mayor parte a resonancias que se producen dentro de la cavidad de la guitarra y son captadas por el piezo-eléctrico instala­do en su interior.

La frecuencia de resonancia dependerá del tamaño y forma de la caja. Este feedback puede evitarse usando unas tapas (ge­neralmente de goma o silicona) que se colocan en la boca de la guitarra. A estas tapas se las conoce como sound hole cover, o feedback bus­ter. Otra forma de reducir la realimentación de una acústica es utilizando pastillas que se ins­talan en la boca de la guitarra, como las pas­tillas magnéticas M1 de L.R. Baggs, o las Mag Mic de Seymour Duncan, que combinan una pastilla magnética con un pequeño micrófono de condensador.

Espero que este artículo os haya sido de ayuda, o por lo menos lo hayáis encontrando interesante. Si tenéis cualquier pregunta u os gustaría que habláramos de otros temas que os interesan, ¡no dudéis en contactar con no­sotros, somos todo oídos! ¡Un saludo!.

Daniel Fernández Comesaña

 

 

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