Carr Raleigh

Muchos son los músicos que se encuentran en una búsqueda constante de sonido, de un tipo de sonoridades que se encuentran en su interior y que no son capaces de conseguir, una guitarra, un amplificador o un pedal que les permita dar a luz ese tono que intuyen, que van buscando.

En ocasiones esa búsqueda lleva al propio músico – si tiene los conocimientos necesarios lógicamente- a ser el artífice, el creador de esa guitarra, ese amplificador, ese pedal de efecto o de esa combinación de válvulas simplemente, que le acerca a eso tan deseado. Steven Carr se encuentra en ese plano.

Por otra parte son muchos los diseñadores que trabajan en productos enfocados al escenario, en conseguir overalls de calidad que funcionen en un volumen determinado, se centran en ese segmento, descuidando a veces otros como son los del estudio de grabación o el estudio casero.

Pensando en ello, Carr ha desarrollado el modelo Raleigh, un amplificador de 3W de potencia, increíble, aunque no estamos hablando de un amplificador menor ni mucho menos. Lo primero que llama la atención de este pequeño es su aspecto totalmente clásico, “cincuentero”, el tolex marrón, el diseño del frontal que nos retrotrae a esa época y nos recuerda a las radios de válvulas y las jukebox, los Chevys y los tupés.

La tela frontal es jaspeada, en un tono similar aunque más claro que el del tolex. Esta encuadrada por dos bandas de madera de arce flameado en la parte superior e inferior del frontal, en la de abajo se ve una placa con el logotipo de la empresa. Una robusta asa con bisagras metálicas en la parte superior ayuda a transportarlo.

Cuerpo y electrónica
El ampli es monocanal y tiene los controles montados en la parte superior, de izquierda a derecha: entrada de jack, potenciómetro de volumen, potenciómetro de tono, un master y un mini switch de dos posiciones. En una se mantiene la señal en limpio aunque aumentes ganancia y en la otra entra en terrenos de saturación. Como se ve, con intención de mantenerlo todo sencillo.
Si miramos el interior de este Raleigh, sorprende lo ordenado que está todo y la calidad de los componentes, transformadores Mercury Magnetics por ejemplo, así como las soldaduras punto a punto preceptivas en un ampli de boutique. Está alojado en un chasis abierto con una ventana en forma de escuadra que ayuda a refrigerarlo.

Por otro lado emplea un cable de carga rotulado como Carr, aunque está fabricado por la prestigiosa Analysis Plus. Monta un altavoz de 10” Eminence Lil´Buddy.

Al respecto de las válvulas usa 2 12AX7 en la preamplificación y una EL84 de potencia. Aunque puede y tal vez sea así, un ampli que tenga como referencia el Champ o el Princeton, son detalles como esa EL84 en lugar de una 6V6, los que van dotando de personalidad propia a este Carr, al igual que el cable de carga que mencionábamos antes. No es necesario recordar que en el plano en el que se maneja la amplificación de boutique, son los pequeños detalles los que van perfilando los resultados finales, la suma de decisiones y detalles, porque sabemos que aunque todos gozan calidad de un buen resultado final, no todos suenan igual… afortunadamente claro.

Sonido y conclusiones
Chequeamos el ampli con una strato y una 335. No tiene complicaciones manejarse con este amplificador, claro está. Con el volumen a las once y el tono a la una, el amplificador da un limpio brillante y dinámico, con una pincelada de compresión, dulce pero sin asemejarse a Fender, algo tiene que decir ahí la EL84 me parece… haciendo líneas de walkin con la 335 sonaba todo definido y en su sitio.

Aumentando el volumen hasta la una, el ampli empieza a crujir, aguanta muy bien sin descontrolar las frecuencias, aquí una buena mano derecha empieza a encontrar la manera
de marcar dinámicas, curiosamente recuerda más las sonoridades de Fender.

Si accionamos el switch entonces ya la cosa se pone bastante rockera, unos riffs potentes con la Gibson o un fraseo, bien ligado, “liquido” se obtienen sin gran dificultad.
Es un ampli con un gran sonido en todos los terrenos, en un estudio de grabación sería perfecto, al igual que para los sibaritas caseros. Resulta inspirador tocar con él y tal vez una buena ocasión para romper la hucha…
Puedes escuchar las demos en el nº 12 de Cutaway.

José Manuel López