Charlie Chandler
Como amante de la guitarra que eres, lo más normal es que fueras guitarrista y no luthier, ¿cómo y cuando decidiste cambiar una cosa por la otra?
R: Pues todo ocurrió sobre 1979, mi hermano ya estaba en el negocio y necesitaba ayuda, así que me uní a él y más adelante Roger Griffin y Dave Rusan, que ya eran maestros de la luthiería por aquel entonces, me enseñaron más profundamente.
Todavía se pueden ver algunas guitarras Chandler, ¿os encargáis vosotros?
R: No, vendimos nuestra parte y ahora lo llevan otros. Ahora mi hermano tiene su propio negocio de importación y venta al por mayor y yo llevo mi propia tienda y taller de reparación.
Como luthier, ¿qué parte del proceso de construir una guitarra crees que es el más importante?
R: (Suspira y piensa unos 10 segundos)Si te fijas en las guitarras más famosas y más usadas, tienden a ser bastante simples. Ahora mismo la moda es imitar los diseños originales de Les Paul y Strat. En los años 50, cuando salieron esos modelos, se usaba hardware de gran calidad, buenas maderas, pastillas muy simples que no intentaban colorear mucho el sonido final. Realmente no hay parte del proceso más importante que otra, si no que haciendo un instrumento simple se obtienen resultados óptimos y ahora se intenta volver a esos orígenes.
En los últimos años, las grandes marcas se han caracterizado por reducir drásticamente el nivel de calidad medio de sus productos, ¿Qué crees que está provocando esto?
R: A lo largo de los años, las guitarras han ido adquiriendo fama de objeto coleccionable y por lo tanto, un tipo de a pie no se lo puede permitir, entonces para satisfacer la demanda del cliente corriente, el suministro tiene que estar siempre bien cubierto para la mayor parte de las ventas, que son los principiantes que no pueden o no quieren gastarse demasiado. Realmente no se puede decir que se haga peor ahora, sino que la demanda es la que dicta la calidad, pero las guitarras buenas siguen siendo igual de buenas.
Tú has tenido el honor de reparar y setear guitarras para Clapton, Gilmour o Prince, ¿Cómo le llega tu nombre a músicos de tal calibre?
R: Ya sabes como funciona este mundo, por recomendación. Tuve la suerte de que roadies de músicos de prestigio conocían mi trabajo y simplemente me recomendaban. El boca a boca hizo el resto.
¿Suelen ser un incordio con sus exigencias o te dejan opinar y trabajar a tu manera?
R: Pues hay de todo. Algunos saben exactamente lo que quieren y otros se dedican a tocar y confían en que tú sabes hacer tu trabajo y harás lo correcto para cada situación. Lo más común es la segunda opción.