ENGL Victor Smolski presentado en Auvisa (BCN)
Los tatuajes en los brazos, el pelo largo, y las camisetas de grupos metal pesado auguraban que estábamos a punto de presenciar una masterclass algo más intensa de la habitual: de uno de los guitarristas más admirados del metal europeo, Victor Smolski, había venido de visita para presentarnos su nuevo amplificador signature. Dos enormes cabezales ENGL Victor Smolski signature, con sus correspondientes pantallas ENGL de 4×12 (sobredimensionadas, para dar una respuesta aún amplia y menos direccional) esperaban a su dueño con las válvulas a la temperatura idónea para destruir
Victor apareció y bromeó “si alguien ha venido a escuchar jazz ya puede salir de la sala”. Armado con una Yamaha de color negro con puente Floyd rose, nos demostró que iba en serio desde el primer acorde, en que toneladas de distorsión a pleno volumen invadieron la sala. Tras una presentación muy breve, nos regaló el primero de los muchos temas (tanto de Rage como de su trabajo en solitario) que iría intercalando a sus explicaciones. Ya desde ese instante, los presentes pudimos comprobar de qué estaba compuesta la base del estilo de Victor: Riffs aplastantes perfectamente ejecutados y solos hechos con el buen gusto de los clásicos, pero sin perder la frescura. Todo un reto, sin duda.
Una vez ya sumergidos en explicaciones técnicas, Victor dio cuenta de la gran importancia de ser sistemático al estudiar guitarra, también en el heavy metal. Y es que tal como el mismo explicó, Victor estudió clásico y jazz durante su infancia (incluso toca el cello y el piano), y durante esa etapa recibió una enseñanza disciplinada que más tarde volcó en el estudio del heavy metal. Habló de la importancia de la acentuación de las notas en los licks, del desarrollo no sólo del tempo, sino también del sentido del Groove, e incluso de la implicación gradual de más o menos grupos musculares de la mano derecha a la hora de golpear con la púa, con la finalidad de aprovechar el peso natural de la mano y ahorrar energía. Como se puede observar, el metal para Victor Smolski es una disciplina sobre la que se puede reflexionar y en la que hay mucho trabajo que depurar, en contraposición a la imagen de anarquía y virtuosismo descontrolado que suele ir asociado a él.
Por supuesto, el arsenal de técnicas de devastación incluía: púa alterna a vertiginosas velocidades, sweep pickings, tappings, uso abusivo de la barra de trémolo…en definitiva, los clásicos de un guitarrista de rock. Pero Victor también incorpora a su estilo el slap, y multitud de recursos que llaman la atención del guitarrista, y le hacen a uno llegar a la conclusión de que Victor podría tocar también con mucha credibilidad en contextos más cercanos al fusion y funk (estilo con el que comparaba al metal constantemente, parece ser que para Victor hay muchos paralelismos entre ambos) . Ello deja entrever el gran guitarrista versátil que en realidad es. En el apartado de composición, sacó a la luz la importancia de dar prioridad a la voz, más allá de lo retorcido que resulte un riff al cambiarlo de tonalidad. Para él, la comodidad del cantante es la clave del éxito del tema, de modo que nos regaló una divertida demostración de cómo un riff fácil se convierte en un reto, simplemente al cambiarlo de tono.
En lo referente al equipo, ya hemos comentado que Victor venía a presentar el ENGL Victor Smolski signature (ENGL Ltd E646), un cabezal increíblemente agresivo con un impactante acabado exterior en piel de serpiente. Con una potencia de 100 watts, este ampli 100% a válvulas cuenta con 4 canales (clean, crunch, lead1 y lead2, todos con sus volúmenes dedicados) con una gran versatilidad sonora y con una puerta de ruido ajustable, muy útil para esos riffs con palm mute entrecortados. Además, está especialmente pensado para que el guitarrista que lo emplee sea capaz de conseguir sonidos tan buenos a alto volumen como a niveles más moderados.
Por último, otra de sus características destacables es la de un boost de medios regulable y conmutable por pedal, que en manos de Victor se reveló como una estrategia muy útil, no tanto para crear grandes diferencias de volumen a la hora de un solo (para eso el amplificador ya cuenta con 2 volúmenes master seleccionables por pedal), sino para obtener un ligero empuje de frecuencias que sirvan para dirigir la atención del oyente a nuestra guitarra durante una frase o melodía, o bien para dar sensación de grosor a un riff. De veras muy efectivo.
Tal como él mismo se definió, Victor es un guitarrista de la vieja escuela, que aprecia los 4 canales de este ENGL mucho más por la posibilidad de utilizar un mismo para muchos estilos, que por la de cambiar a menudo de canal en una misma canción. En realidad, Victor obtiene todos los sonidos que necesita con un control depurado del potenciómetro de volumen de la guitarra, que utiliza constantemente para obtener diferentes niveles de dinámica, algo a lo que el ENGL respondió perfectamente. De este modo, uno puede hacerse a la idea de la cantidad de registros que este hombre es capaz de conseguir con una bestia multicanal como ésta. En cuanto a efectos, la lista se termina pronto: un pedal de Wah, un digitech Whammy 2, una pizquita de chorus para el canal limpio y otra de delay para el canal solista. Casi toda la variedad textural proviene del uso de la técnica y de la inventiva compositiva. Otra prueba de que Victor proviene de una raza de guitarristas de metal auténticos es el increíble volumen al que toca (incluso David Mas, de Suprovox nos advirtió bromeando antes de empezar el clinic). A pesar de la dura prueba, el ENGL conservó la definición y la respuesta en frecuencias se mantuvo intacta.
En conclusión, Victor Smolski demostró cuántas ideas que parecen contrapuestas no lo son tanto en el fondo. El control y el análisis concienzudo incluso en el riff más simple, la variedad de sonidos con un equipo más bien escueto, el cómo dar preferencia a la canción sin que por ello la guitarra pierda protagonismo, o el hecho obtener un sonido clásico sin sonar trillado son méritos con los que Victor Smolski cuenta. Y por supuesto no dejaremos de lado el rigor y amabilidad con los que Smolski respondió, no sólo a preguntas, sino también a las numerosas peticiones de fotos y firmas al finalizar el clinic. Con todo, una magnífica masterclass muy variada en la que hubo de todo. Y lo más importante, en buena proporción.
Micky Vega