Factoría Fender Corona California
Si además esa factoría es el núcleo donde reside el legado de Leo Fender puesto al día, estamos de enhorabuena. Vamos a tratar de comunicaros la experiencia.
Corona es una pequeña población al sur de California, tal vez pasaría desapercibida para nosotros si no fuera porque allí se encuentra ubicada la factoría de Fender en USA y estábamos invitados por la marca norteamericana a visitar sus instalaciones.
Observando las medidas de seguridad pertinentes, de la mano de Dave Brown, iniciamos un recorrido casi en paralelo al que suele realizar una guitarra durante su construcción. No pretendemos ser especialmente técnicos, ni siquiera dar información detallada de tiempos, unidades fabricadas, ni datos semejantes, el propósito es intentar transmitir las sensaciones de lo que ocurre allí dentro.
Lo primero que vimos en nuestro recorrido fue la sección “metálica”, donde se realiza parte del hardware, allí se estaban cortando las placas que cubrirán la entrada del jack en las Stratocaster, esa tarea la hacen durante un periodo de tiempo suficiente para acumular stock, para realizar después otro tipo de acciones. Como curiosidad destacar que se encuentran allí -todavía simbólicamente operativas- algunos taladros de la época de Leo Fender. Ya sabéis que Leo nunca tiraba nada que pudiera ser útil.
Dave nos iba proporcionando explicaciones y detalles al respecto de las tareas, por ejemplo las plaquitas que comentaba antes tienen un tamaño ligeramente mayor a las fabricadas en la factoría de Ensenada en México.
Pasamos a la sección de carpintería no sin antes detenernos en el lugar de almacenaje de las maderas previo a su tratamiento, lógicamente se veía mucha cantidad de arce, aliso, fresno…y algunas menores de palorrosa o pino. Otro detalle es que no se utiliza nunca más de tres piezas para un cuerpo, como consecuencia de ello la vibración de la madera al no tener muchas capas de cola, resulta más pura e incide en la cantidad de sustain que va a otorgar el instrumento. No debemos de olvidar nunca que el sonido final es el compromiso de un gran número de factores, cuanto más controlados estén cada uno de ellos mejor será el resultado.
En esta sección conviven las tareas realizadas con máquina de control numérico con otras realizadas a mano, lo mejor de ambos mundos. Por una parte se realiza el trabajo con los cuerpos, darles las forma según modelos, realizar el routing que alojará pastillas, electrónica y puente, los rebajes pertinentes si los lleva, los agujeros para los tornillos del neckplate, jack, puente etc. de ahí pasará a pintarse y ha secado. Curiosamente se ven perfectamente organizadas en el techo de la factoría cumpliendo con su tiempo de espera antes de continuar su proceso. A los operarios se les ve implicados con su trabajo, se les escapa alguna mirada curiosa por nuestra presencia, algún guiño de complicidad o saludo. Dave va continuamente bromeando con ellos, les comenta que somos españoles, se les ve en un ambiente serio de trabajo pero sin tensiones aparentes.
Dejamos los cuerpos y pasamos a los mástiles, de igual manera las máquinas van dándoles forma, se les pega los diapasones, se instala el alma, cejuela, los dots de los inlays y los trastes, trabajo que se efectúa manualmente. Hay una enorme cantidad de mástiles de referencia para los diferentes modelos de bajos y guitarras formando un curioso collage en las paredes, rotulados con el nombre del modelo en que se convertirán posteriormente cuando coincidan con el cuerpo que será su pareja.
Aquí dejamos de seguirle la pista a las guitarras para pasar a ver algunos modelos que resultan ser pruebas y que tienen un aspecto impresionante, Dave nos va comentando las particularidades de las unidades que vamos viendo, a nivel de acabados, combinaciones de maderas, mástiles “vulcanized” etc.
De ahí pasamos a visitar la Custom Shop, de alguna manera la guinda del pastel. Nada más acercarnos a su espacio ya vimos a algunos masterbuilders trabajando, la verdad es que resultaba emocionante, de sus manos han salido algunas de las mejores guitarras del mundo. En su box se encontraba Josefina Campos, discípula de Abigail Ybarra, encargada del bobinado de pastillas en la Custom Shop, Dave fue llamando a los maestros constructores para que salieran a saludar y por allí desfilaron amablemente John Cruz, Paul Waller (resultó agradable saludarle de nuevo, hacía un par de meses que le conocimos en Madrid), el “gigante” Todd Krause, Dennis Galuszka, Jason Smith, Greg Fessler…la “crême de la crême”, todo un magnífico All Star que charló amablemente con nosotros.
Se acercaba la hora de la despedida, el final de la visita. Un buen número sensaciones y mucha información nos acompañaba al abandonar las instalaciones de Fender en Corona. Somos un poco más conscientes de cómo es la fabricación de los bajos y guitarras de la marca, de la implicación de la gente que lo realiza, del respeto a la tradición y el foco puesto en el futuro, de los retos que se les plantean…una empresa líder que avanza con paso firme.
Nos queda dar las gracias a todo el equipo de Fender Ibérica por cuidarnos y ponernos las cosas fáciles y a Fender USA por su buena disposición y atención en todo momento.
José Manuel López
1 comentarios en
carlosketzer el 4 julio, 2018 a las 9:39 pm:
hace unos días me encontraba en una tienda y vi que vendían una fender stratocaster Corona california, el precio es un poco elevado pero me llamó mucho la atención el hummbucker, un boton en el potenciometro de volumen y otro más entre los tonos. esta guitarra tiene detalles de lujo como la maquinaria y los textos en color oro. no encuentro un referente para saber si el precio de 1,500 usd es lo justo por una guitarra de tales caracteristicas ¿Que opinan?
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