Fender American Acoustasonic Jazzmaster review en español

Fender dentro de lo que es su línea de guitarras tecnológicamente más vanguardistas, ha incorporado recientemente un nuevo modelo a la serie. Esta vez se ha tenido como base del diseño la forma del cuerpo de la clásica Jazzmaster de la marca, que se une a sus compañeras Telecaster y Stratocaster en la serie American Acoustasonic.

 

Hace un tiempo ya hicimos un review de la Fender American Acoustasonic Telecaster  así que a los lectores habituales de Cutaway les resultará familiar el concepto de esta serie de guitarras, que no es otro si no integrar en el mismo instrumento sonoridades similares a las producidas por guitarras acústicas de diferente forma de cuerpo y distintas combinaciones de maderas. A ello hay que sumarle los tonos eléctricos generados por una pastilla, en este modelo un diseño de Tim Shaw, pero vayamos por partes.

 

Un poquito de historia

Siempre que podemos nos gusta revisar el origen, el inicio de los instrumentos y de las marcas hasta llegar a la actualidad, describirlo a modo de timeline. En el caso de la Jazzmaster tenemos que decir que hizo su puesta en escena allá por 1958, pensando en los guitarristas de jazz que no habían sido seducidos por las Teles y las Strats, sin embargo el destino las iba a poner manos de guitarristas de surf y ocasionalmente en guitarristas de rock como Clapton en su etapa Yardbirds, Peter Townshend o Jimi Hendrix.

A finales de le década siguiente se popularizan en manos de músicos como Tom Verlaine o Elvis Costello para en los 80 cesar su producción como consecuencia del lío corporativo de CBS en la gestión Fender que descatalogó muchos modelos de amplis y guitarras que llevaban una larga trayectoria. Mientras tanto bandas como Dinosaur Jr y Sonic Youth contribuían silenciosamente al regreso de la Jazzmaster.

 

 

 

Tras el final de la era CBS, Fender la reintroduce de fabricación japonesa en 1986, recreando el modelo del 62 que permaneció hasta 1999. En los 90  fue un instrumento destacado, gozando de mucha popularidad debido a su uso por las bandas de noise, grunge e indie y porque había un mercado de segunda mano con precios muy asequibles y molaban para modificarlas y experimentar con ellas buscando nuevos sonidos.

La aparición de los primeros modelos signature de Costello, Macis, Moore, Ranaldo y Root  contribuyó al resurgimiento de la Jazzmaster en el nuevo milenio. Ya en el 2018 y para celebrar el 60 Aniversario Fender lanzó 3 modelos en edición limitada el 58, Triple y Classic y sigue viéndose en los escenarios e manos de guitarristas como Thom Yorke (Radiohead), Nels Cline (Wilco), Ira Kaplan (Yo La Tengo), Win Butler (Arcade Fire), Warpaint, METZ, Noveller, Elvis Costello, Troy Van Leeuwen (Queens of the Stone Age), Chelsea Wolfe, Jim Root (Slipknot), Chris Stapleton, Portugal y The Man and The War on Drugs.

En la actualidad la última aventura de la Jazzmaster es llevar la forma de su cuerpo a la familia Acoustasonic.

 

Fender American Acoustasonic Jazzmaster

La guitarra es muy ligera con sus 2,6 kg de peso, y su look es una mezcla de diseño de vanguardia con detalles clásicos, se presenta en cinco diferentes acabados: Ocean Turquoise, Natural, Tobacco Sunburst, Tungsten y Arctic White con un concepto estético de grupo muy similar.

Viene con en una funda a medida perfectamente protegida, en la boca de sonido trae una bolsa Boveda de dos vías de control de humedad.

El mástil es de caoba con un perfil en “Modern Deep C” acabado en satinado, y con un listón cola de mofeta de nogal. Sobre él un diapasón de ébano con un radio de 12” y 22 trastes Narrow Tall. Forman un conjunto que transmite una buena sensación al tacto -el veteado de la caoba tiene algo que decir-  se siente orgánica y natural.

La unión cuerpo/mástil es excelente, atornillado a través de un neckplate el talón del mástil está contorneado y proporciona uno de los más cómodos accesos a los trastes más agudos que se pueda encontrar en una acústica. Cuenta con la función Micro-Tilt para regular el mástil en la parte de atrás del talón y ajustar su inclinación.

Hay que comentar que el clavijero es un Standard de cromo, la cejuela una Graph Tech Tusq negra de 42.8 mm y la longitud de escala de 25.5”

 

Cuerpo, electrónica, sonidos

El cuerpo es de caoba, hueco, de la misma talla que la Jazzmaster eléctrica, lleva rebaje para el brazo y un soundhole de 6 cm adornado con una roseta de anillos de madera.

La parte más importante e innovadora de la guitarra está en su electrónica. Presenta un procesador de señal digital incorporado que se activa únicamente cuando conectas la guitarra y tiene una duración de unas 20 horas de batería, que se puede recargar a través  de un micro puerto USB, una pequeña luz roja al lado de la entrada de jack avisa de su estado de carga. Tal vez un switch on/off hubiera sido una solución para tener un mayor control sobre esto, pero queda más “limpia” la guitarra sin él.

Monta un sistema de pastillas formado por la nueva Fender Tim Shaw Designed Acoustasonic Shawbucker, la Fishman Under-Saddle Transducer y la Fishman Enhancer, que forman el corazón de la guitarra y se procesan para conseguir una amplia gama de sonidos.

Se gestionan desde un selector de cinco posiciones que da acceso a dos sonidos diferentes en cada posición, se situarían en los extremos de un potenciómetro de tono por lo que girando el pote Blend ajustarías el tono entre esos límites.

Veamos las sonoridades que ofrece en cada una de las posiciones.

En la posición 5 tendríamos en opción A un sonido de dreadnought de palorrosa y en la opción B el de un cuerpo de caoba “slope shoulder”. Quizá las mejores opciones para rasguear como en una guitarra acústica, ideales para acompañar a un cantante

La posición 4 en opción A propone las sonoridades propias de una guitarra con cuerpo de caoba en forma jumbo y en la opción B tendríamos un cuerpo pequeño (Small Body) todo caoba. Estas tienen un rango de medios que son lo que más nos gusta para finger picking.

Rosewood Auditorium es la opción A de la posición 3,  tal vez la menos potente de la guitarra que en su opción B le añade el body sensor y todo cambia,  eleva  aún más la versatilidad de la guitarra y para quien use la técnica percusiva o quiera grabar loops en directo es una opción perfecta.

Si vemos la posición 2,  actúa el Lo-Fi en ella y predomina el piezo, es con diferencia la menos emocionante de la guitarra, suena algo plasticosa en su opción A, mejora con un ligero crunch añadido en la opción B, que resulta como un puente para transitar entre las sonoridades eléctricas y acústicas de la guitarra.

 

 

Y ya hemos llegado al área eléctrica del instrumento, en la posición 1 tenemos la opción A que otorga un sonido Fender eléctrico casi en limpio y la B en donde actúa la humbucker Tim Shaw. Siempre son los overdrives los sonidos más difíciles de conseguir y aquí no vas a encontrar una Jazzmaster pasada por un amplificador de válvulas lógicamente, aún así es muy probable que empaste bien en un contexto banda y además mejora a los modelos Strat y Tele anteriores. También interviene el factor psicológico de obtener sonidos distorsionados con un instrumento tan ligero.

La guitarra sin enchufar se toca suave, cómoda y rápida, incluso con el 0.11 con el que viene encordada, suena con menos volumen que una acústica tradicional pero proyecta más que los anteriores modelos y lo suficiente como para poder practicar en casa sin molestar a nadie que tengas cerca.

 

Conclusiones

La serie Acoustasonic lleva el suficiente tiempo en el mercado como para haber demostrado que no estamos ante una experiencia pasajera o aun instrumento de juguete, es algo serio y que va consolidándose en un mundo conservador como el de la guitarra eléctrica.

La Fender Acoustasonic Jazzmaster aporta sobre todo versatilidad sonora con un feel natural y orgánico. Dedicándole tiempo a explorar sus posibilidades se puede convertir en una guitarra de los más creativa y en muchos contextos musicales, vale, echamos de menos el trémolo en su parte eléctrica. ¿Acústica o eléctrica? Pues integra características de las dos tanto en sonoridades como en las sensaciones al tocar. Si le das una oportunidad y la pruebas desde luego no te va a dejar indiferente, está cada vez más cerca de los sonidos que emula.

José Manuel López