Fender Robben Ford
El origen de la Fender Robbern Ford se sitúa en el año 1983, cuando los directivos de la Fender -recordemos, es la llamada época CBS- deciden construir en Japón una serie de modelos cuyas características diferían de las tradicionales de la casa. Esta estrategia, sin duda pretendía ampliar su catálogo y poder acceder a perfiles diferentes de posibles compradores.
Se quería que estas nuevas guitarras tuvieran el mástil encolado, y sus fábricas en USA carecían entonces de los medios técnicos adecuados para fabricarlas.
De este modo, la empresa heredera del creador e impulsor de la guitarra desmontable, cuyas piezas son fácilmente reemplazables, echaba la mirada a los procesos tradicionales.
La empresa elegida para llevar a la práctica esa tarea fue Fujigen Gakki, que fabricaba entonces algunos modelos de Ibanez, y como otras, como Hoshino Gakki, otra gran empresa japonesa de fabricación de guitarras de todo tipo, podían competir, si no superar, con sus homólogas americanas.
Así nació la bautizada como Master Series, que incluía el modelo D’Aquisto, una archtop de Jazz, el modelo Esprit, una doble cutaway de tamaño intermedio entre el de una Gibson Les Paul y una ES-335, provista de dos humbuckers.
Una de sus novedades técnicas era la presencia en el interior de su cuerpo de las llamadas cámaras tonales, una idea del luthier de Fender Dan Smith.
Dichas cámaras aligeran el peso de la guitarra y acercan su sonido al de las semisólidas de Jazz con bloque central, las denominadas semihollow.
La serie se completaba con un modelo similar a la Esprit ligeramente menor, bautizado con el nombre de Flame.
Cada uno de estos modelos apareció con tres acabados posibles o trim lines: Standard, el más sencillo y económico, con diapasón de palorrosa y herrajes cromados, Élite con diapasón de ébano, y el acabado Ultra, que además tenía marcadores de madreperla en forma de bloque partido en el diapasón, herrajes dorados y clavijero de ébano.
El mástil era de tres piezas de arce. Los herrajes, el llamado hardware, estaba fabricado por la empresa alemana Schaller.
Entre las sofisticaciones que incluía, estaba el cordal con micro-afinadores individuales, como las Gibson Les Paul 25/50 de finales de los setenta.
A mediados de los años 80 del siglo pasado, el guitarrista Robben Ford utilizaba habitualmente el modelo Esprit con acabado ultra como su instrumento principal.
En 1986 llegó a un acuerdo con Fender para que la guitarra llevara su nombre. De este modo, desde 1987, el modelo dejó de llamarse Esprit y cambió por el de este guitarrista. En esta primera época, la guitarra apenas se modificó: en la pala ya no aparecía la palabra Esprit y en la tapa del alma se sustituye la palabra ultra por el nombre Robben Ford.
La guitarra que se muestra en este texto es de la época final de la producción japonesa.
En 1994, Fender trasladó la producción de las Master Series a Estados Unidos, para formar parte de su custom shop.
El modelo experimentó entonces su tercera modificación, y varió ligeramente sus dimensiones, también el dibujo de la pala, se le instalaron dos humbuckers Seymour Duncan, el modelo 59 en la posición del mástil y el JB en la del puente, cambio usual en los propietarios de este instrumento, entre otras causas, porque el propio Ford lo hacía habitualmente en sus Esprits.
Finalmente, quizás fue este el mayor cambio, la guitarra aumento considerablemente su precio de venta.
El peso de la guitarra es similar al de las semi-sólidas habituales, tales como las Ibanez o las Gibson ES-335, pero debido a su forma resulta menos aparatosa que éstas.
Existe cierta confusión en la literatura sobre las maderas empleada en la construcción de este modelo, algunos textos suponen que el cuerpo es de caoba como la Les Paul, pero lo cierto es que la parte trasera del cuerpo está formada por varias piezas de aliso y la delantera por otros dos de esta misma madera, algo usual en las Fender sólidas.
En la parte frontal del cuerpo llevaba una tapa de pícea, con dibujo simétrico, si el modelo no está pintado de colores opacos.
Esta tapa suele ser menos llamativa que la de arce en sus diversas variantes, pero es un material, según afirman los expertos, muy adecuado para las semisólidas y las de Jazz en general.
El cuerpo está bordeado por un binding de tres piezas.
La electrónica es similar a la de una Gibson les Paul, o una ES-335, con dos controles por pastilla, uno de tono y otro de volumen.
Como ambos, presenta un interruptor general de tres posiciones que permite seleccionar el humbucker del mástil, ambos o el del puente.
Finalmente un pequeño switch selecciona la posibilidad de sonido de single coil en el humbucker del mástil, exactamente el mismo diseño que su coetánea Ibanez AS200. Fue un diseño realmente revolucionario para Fender.
Pala con clavijero 3+3, mástil encolado -no atornillado-, clavijero de ébano, madera poco usual para una Fender, marcadores en forma de bloque partido, distinto a los marcadores dot o de puntos.
La guitarra tiene una gran versatilidad, con una paleta de sonidos variadísima, que va desde los más oscuros de una Les Paul, pasando por los resonantes de una semi-sólida, hasta el tono de una single coil, si bien, en realidad, dichos sonidos no son iguales a ninguno de ellos. Dicho, en otras palabras, todos ellos son posibles, pero con una personalidad o toque propios.
Naturalmente, carece de la estabilidad en la afinación propia de una Fender Stratocaster o de una Telecaster, pero es mejor que la de la mayoría de las sólidas de este nivel.
El diapasón es muy cómodo, similar al de las Ibanez de alta gama de ese período, como los de la AS200, o de las Signature George Benson, GB10. Todos los ajustes funcionan perfectamente.
Los materiales y acabados son de primera calidad, superiores, exceptuando aquellos de muy alta gama y precio mucho mayor, a los de las modelos custom de la gran mayoría de las americanas de esa época.
Aunque este ejemplar conserva en muy buen estado los dorados, el paso del tiempo les afecta inexorablemente, siendo este deterioro un problema, cuanto menos estético, habitual que afecta a toda guitarra que los monta.
La Fender Esprit Ultra o la Robben son guitarras poco habituales, difíciles de adquirir a precios no desorbitados.
Joaquim Castro
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