Fender Telecaster James Burton
Uno de los diseños más relevantes del siglo XX en el mundo de la guitarra es sin duda el de la Fender Telecaster. No sería decir mucho el hablar de una cierta revolución en la desarrollo de la guitarra eléctrica a partir de aquel 1950 año en el que Leo Fender realizó en una chabola de Los Angeles USA, una extraña guitarra con algo que parecía un tablón como cuerpo y un mástil de arce.
Esa idea primigenia se plasmó en la Esquire, la Broadcaster y finalmente en la Telecaster. Muchos años han transcurrido desde entonces y la Telecaster ha cambiado muchas veces de cara, de maderas, de electrónica… pero lo que no ha perdido nunca es su carácter, ese primer gran diseño de Leo Fender ha sido imitado, tratado de mejorar, modificado por la propia compañía y por muchos otros luthieres pero su esencia permanece.
No pretendemos repasar la historia de la Fender Telecaster algo casi inabordable por otro lado, pero vamos a hablar y pormenorizar de uno de sus modelos, la Fender James Burton Telecaster.
Burton es un gran guitarrista de sesión, ha trabajado con innumerables artistas tales como John Denver, Judy Collins, Gram Parsons, Buffalo Springsfield, Monkees entre muchos más, aunque tal vez su periodo con Elvis Presley dede 1969 hasta la muerte de El Rey del Rock sea lo que más destaque en su currículum.
Su desarrollo del estilo “Chicken Pickin” ya le ha hecho tener un lugar destacado entre los grandes intérpretes de la música country y de la guitarra en general. Vamos a ver como es esta Artist Series.
Pala
En este modelo la pala es la clásica de una Telecaster, con seis clavijas alineadas en la parte superior Schaller Deluxe en acabado dorado, las palometas, están realizadas en nácar “Pearl Buttons”. Lleva un retainer para que las cuerdas primera y segunda no pierdan su trazado desde la cejuela al clavijero, también en dorado.
Como siempre, el logo de la marca, el número de serie, el siempre cotizado “made in USA” y la firma de James Burton. El dorado y el nácar le dan un aspecto muy elegante a este instrumento que destaca sobre todo por la imagen.
Mástil y diapasón
El mástil es de una sola pieza de arce con la forma en “U” propia de los 60 y el acabado es satin finish en poliuretano, lo que le confiere mucha comodidad y buen agarre, todo ello siempre dentro del concepto Telecaster, llena la mano pero no llega al grosor de una Nocaster para entendernos.
El diapasón está hecho también en madera de arce y su radio es de 9.5”, en él se encuentran 21 trastes vintage que facilitan la ejecución de bendings, los puntos que señalan la posición son negros, por lo que destacan bastante y facilitan la orientación al tocar.
Cuerpo y electrónica
Es obvio al ver el aspecto de esta guitarra que el acabado del cuerpo es una especificación de James Burton, dado lo especial del mismo, es difícil enjuiciarlo, es atrevido y desde luego que triunfaría en escenarios de música country, pero se hace difícil imaginarla lejos de ese entorno, este modelo que estamos probando es el Red Paisley Flames y la mejor manera de describirlo es remitirse a las fotografías.
El acabado es en poliuretano, no lleva pickguard tal vez por no ocultar el dibujo de las llamas. El perfil es el típico de una Telecaster y está realizado en basswood, por lo que el instrumento es bastante ligero.
El neckplate de cuatro tornillos sirve para unir el mástil al cuerpo como es habitual en las teles, sin embargo este modelo difiere del clásico en su forma, recortada en su angulo inferior izquierdo, lo que hace que los tornillos de la parte de abajo estén más juntos. Se puede leer grabado el logotipo de la marca y el origen de fabricación de la guitarra en este caso en Corona, California. La longitud de escala de la guitarra es 25.5”.
Otra característica que hace especial a este instrumento es la parte electrónica, que se aleja bastante de la tele clásica, una vez más aquí se observa las instrucciones de Mr. Burton.
La guitarra monta tres pastillas modelo James Burton, dos controles: máster de volumen y el de tono, un selector de cinco posiciones y un conmutador S-1 que afecta a las posiciones dos, tres y cuatro. Un puente Deluxe Hardtail también en acabado dorado como todo el hardware del instrumento y la entrada de jack lateral, terminan con la descripción del cuerpo, ahora vamos a ver como suena.
Sonido y conclusiones
La paleta de sonidos que nos ofrece esta signature es otro de los puntos fuertes de este instrumento, ya que su electrónica y configuración es especial, intuimos de entrada que las posibilidades que nos da son muchas por lo tanto la versatilidad va a hacer su aparición, vamos a ver si esto se confirma.
En la posición 1 se activa la pastilla del mástil, aquí se da un sonido de stratocaster en la misma posición, tonos algo gruesos, de perfil redondeado. En la posición 2 ya se puede usar el S-1, sin activar están las pastillas de mástil y central en serie igual que una stratocaster pero con el S-1 activado aquí ya nos aproxima a unas sonoridades propias de humbucker, nada chillona, con cuerpo, quizá algo mediosa incluso. En la posición 3 sin activar, es una Telecaster en la posición central, sin embargo con las pastillas 1 y 3 en paralelo como resultado de activar el S-1 podríamos decir que casi, casi llega a ser una 335.
En la posición 4 sin S-1, sería sonido strat clásico ideal para funky y perfecto también para tonos country, está es la posición que particularmente más me gusta de la guitarra. De nuevo puesta en paralelo nos desplaza a áreas de sonido propias de humbuckers. Ya en la posición 5 vuelve a ser una telecaster aunque algo más gorda. Es muy apreciable la reducción del ruido de fondo que generan las singles coils, pero además también se percibe que no existe un decaimiento del volumen entre las diversas combinaciones de pastillas.
En conclusión, esta es una guitarra especial, siempre hablando que está basada en la Fender Telecaster pero que en realidad nos ofrece bastante más que los modelos clásicos de la misma.
La imagen es “dura”, o te atrae o la rechazas, no hay términos medios, es evidente que la hay en dos acabados diferentes más, uno de ellos más discreto, pero hay que pensar que esas son las especificaciones de James Burton y se aceptan o no. En principio una guitarra diferente como esta pues no parece mal que tenga algún acabado poco convencional.
La amplia posibilidad de sonoridades que proporciona es un valor añadido a tener en cuenta, permite aproximarse a diferentes situaciones musicales y eso siempre es valorado positivamente, aunque supongo que no por los más puristas que casi seguro que rechazarán “modernidades”.
La impresión con la que nos quedamos es la de haber tenido una gran guitarra entre manos, una Telecaster modernizada.
David Maho
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