Fender Vintera II 60s Stratocaster

Si hubiera una guitarra eléctrica con una mayor popularidad a lo largo de la historia seguramente reservaríamos ese honor a la Fender Stratocaster. Desde sus inicios y hasta la actualidad ha estado en manos de innumerables guitarristas muchos de ellos de carácter icónico.

El modelo Stratocaster comienza a fabricarse, como es sabido por todos en 1954, como consecuencia del feedback que había recibido Leo Fender sobre los modelos Telecaster y Esquire, Tratando de mejorar estos instrumentos, él y Freddie Tavares empiezan a pensar lo que sería la Strato, cuyas aportaciones fundamentales a la guitarra eléctrica serían el montaje de tres pastillas, un cuerpo estilizado con rebajes y la incorporación de un novedoso sistema de vibrato que intentaba mejorar el Bigsby. Llegados a este punto nació la Fender Stratocaster.

Después de tantos años en el mercado es normal que haya pasado por diferentes evoluciones, adaptaciones a modas de épocas determinadas, incluidas características y especificaciones que no se quedaron. A su vez un buen número de luthieres han intentado mejorarla, pero amigos, Fender es mucho Fender.

Por otra parte siempre hay guitarristas que añoran las especificaciones de los instrumentos de los años 50s, 60s ó 70s cuyos originales son vintage inaccesible y los contemporáneos con esas características muchas veces tienen un precio elevado.

 

 

Para poder atender ese segmento Fender lanzó en 2019 la Serie Vintera, instrumentos con especificaciones vintage con precios asequibles de fabricación mejicana y con algunas características contemporáneas para abrazar la esencia y el sonido vintage de los instrumentos icónicos de Fender de la «edad de oro» del sonido, sin dejar de ser adaptable a los tiempos actuales.

Después de la buena aceptación Fender acaba de actualizar la serie con nuevos modelos que forman parte de la nueva Vintera II. A esa serie pertenece la Fender 60s Stratocaster que vamos a analizar.

Construcción, pala, mástil

La guitarra viene en una funda blanda, el aspecto externo es inmejorable, los acabados están cuidados. En ese sentido todas las marcas han mejorado mucho, los controles de calidad hacen bien su trabajo. Pesa 3.9 kg de bonito look vintage y viene encordada con Fender USA 250L Nickel Plated Steel (.009-.042 Gauges).

La pala con perfil de primera época y spaghetti logo está teñida al igual que el mástil de un bonito color ámbar. Cuenta con un string tree para guiar las dos primeras cuerdas en su camino al clavijero a la vez que aumenta la tensión de estas sobre la cejuela.

El clavijero es un Fender Vintage Style tipo Kluson, con una relación de transmisión más fina para facilitar la afinación y la estabilidad de la misma. La cejuela es de hueso sintético y mide 42 mm.

El mástil es de arce con un perfil que Fender llama 60s “C”, de una sola pieza, no lleva el skunk stripe que es propio de los mástiles unidos a un diapasón de arce. Es delgado en la cejuela y se va espesando gradualmente hacia el traste doce. Está acabado en uretano gloss, es cómodo y nada pegajoso.

Sobre él, se encuentra un diapasón de palorrosa, oscuro con el poro apretado. Cuenta con un radio de 7.25” que otorga una sensación vintage que a su vez alberga 21 trastes vintage-tall, es decir con un poco más de altura que los trastes vintage y que contribuyen a pode realizar mejores vibratos y bendings más grandes. A su vez los  marcadores de posición son dots crema situados en los lugares habituales.

La longitud de escala es de 25.5”.

El mástil está unido al cuerpo por cuatro tornillos que atraviesan un neckplate.

 

Cuerpo, electrónica

El cuerpo es el clásico de las Strat, doble cutaway asimétrico y de aliso, para pegada, claridad y equilibrio. Está acabado en gloss y con un color clásico sunburst de tres tonos. Cuenta con un golpeador de tres capas Mint Green.

Monta un set de tres pastillas, en configuración SSS, Vintage-Style ’60s Single-Coil Strat de AlNiCo 5. Están fabricadas con especificaciones de los años 60s y proporcionan la sonoridad amaderada y el tono campanilleante que define a la Fender Stratocaster en toda su historia. Se seleccionan desde el switch habitual de cinco posiciones.

Los controles de la misma manera proponen la configuración clásica de master volumen y y dos de tono.

El puente para esta Vintera II es un Vintage Style de seis selletas de acero dobladas y trémolo, un diseño original de Fender e imitado hasta la saciedad. No vas a hacer dive bombs con él pero da bastante de si, si te gusta Jeff Beck tienes camino a recorrer con él.

En uso

Poco se puede decir de una Stratocaster que no se conozca, estamos hablando de un clásico. La guitarra ofrece instantáneamente ese sonido familiar de Strat con una buena cantidad de “quack” en las posiciones 2 y 4, buena pegada en la 1 y más redondeada en la 5. Las pastillas no resultan chillonas y como cualquier single-coil clásica tiene tendencia a tener algo de ruido pero no es lo suficientemente importante como para tener que sustituirlas.

El precio puede parecer algo elevado para ser una guitarra MIM, supera los mil euros, sin embargo para lo que ofrece y tal y como están las cosas parece un buen negocio hacerse con una.

Si lo que estás buscando es una Stratocaster que tenga ese carácter y estética vintage y no llegas a una American Vintage que dobla su precio en algunos casos, esta es tu opción.

Con Fender es fácil probar un instrumento, así que date una vuelta por tu tienda favorita y valoras.

José Manuel López