Juan Brieva, entrevista
Juan Brieva es un excelente luthier afincado en Madrid, con años de experiencia es uno de los referentes en nuestro país donde su trabajo le avala.
¿Cómo surge tu afición a la luthería?
R: Cuando era niño tenía el ‘instinto’ de destripar juguetes. Practiqué aeromodelismo, maquetismo y pintura. Imagino que todo eso me ayudó para la que después sería mi profesión.
En 1991 viví en Estados Unidos y pude acceder a un libro de Dan Erlewine, llamado “Guitar Player Repair Guide”, y al catálogo de Stewart McDonald, donde compré mis primeras herramientas. Allí comencé a forjarme como luthier.
¿Cómo fue tu aprendizaje?
R: En mi caso completamente autodidacta. Mi única ayuda fue el libro mencionado, poseer una colección de guitarras, que llegó en algún momento a 25 unidades, y el instinto de la niñez de enredar con todo.
¿Cuándo, cómo y de qué manera te das cuenta de que puedes ganarte la vida como luthier?
Pues, casi sin quererlo y por accidente, me pidieron realizar un lacado en una guitarra rota. Realicé el trabajo y después pasé a nivelar trastes y ocuparme de otros arreglos. Durante un tiempo trabajé por las noches y los fines de semana. Gastaba todo lo que ganaba en herramientas, libros, etc. El trabajo de luthier fue en aumento hasta que un día surgió la oportunidad de trabajar full-time. Fue Madrid Musical quien me ofreció la oportunidad. La luthiería me encanta y no lo dudé. Soy muy feliz de poder ganarme la vida disfrutando de mi trabajo.
¿Cuál es el encargo más habitual?
R: Por este orden: Ajustar guitarras, trabajos electrónicos, nivelado de trastes, reparación de roturas, cejuelas, etc.
¿Cuál consideras que es el trabajo más complicado para un luthier?
R: Cualquiera de ellos necesita perfección, aunque voy a citar los siguientes exclusivamente porque la gente no los valora en relación al trabajo que requieren. Son los típicos arreglos que la gente se extraña al escuchar el presupuesto:
1º- Lacar es uno de los trabajos que lleva más horas (Hay gente que cree que una guitarra se pinta como un coche y no es así).
2º- Retrastear bien una guitarra lleva más trabajo del que la gente se imagina.
3º – Labrar una cejuela en hueso que afine bien. Aunque el presupuesto no es excesivo, la gente se cree que es quitar una y poner otra.
¿Realmente necesita una guitarra el mantenimiento periódico de un profesional?
R: Si se quiere en óptimas condiciones, sí. La exigencia de perfección en una guitarra varía mucho, incluso entre profesionales. Los hay que ajustan la guitarra diez veces al año y otros que la tienen en muy malas condiciones y sólo acuden al luthier cuando hay fallos graves. Los amateurs funcionan de la misma forma.
El hecho de que la gente aprenda a ajustar su propio instrumento, aunque puede ser delicado, no es ningún delito. Muchos músicos lo hacen; aún así, si existen dudas al respecto, siempre se debe acudir a un luthier profesional.
¿Es cierto que una guitarra nueva, independientemente de su precio, necesita pasar por las manos de un luthier?
R: Cualquier guitarra construida con madera y que lleve cuerdas de metal requiere un ajuste. La madera, al variar la humedad y la temperatura, reacciona de distinta forma a la fuerte tensión que ejercen las cuerdas de metal y, por tanto, un ajuste es necesario como norma casi general.
Oscar Aranda