Moffa Mithra Settecento

Con todo el respeto que nos merece cualquier creador de guitarras, ya sean de cuerpo sólido, semi hollows, acústicas o clásicas… nos parece que en la cima de la construcción, como diseño, desarrollo y tarea en si misma se encuentran las archtop de tapa tallada. Por múltiples razones propias del proceso.

A lo largo de los años en Cutaway hemos tenido acceso y por lo tanto hemos revisado todo tipo de piezas que podían ser el sueño dice cualquier guitarrista y eso incluye originales Les Paul de los 50s, Super 400, Broadcaster, Nocaster, Stratocaster Series Ls ó 54s, D´Aquisto, Monteleone, etc. con sus pros y sus contras todas ellas, algo que muchas veces depende los gustos personales.

En este artículo enlazando con lo dicho anteriormente, contamos con una guitarra que forma parte de esos instrumentos especiales desde nuestro punto de vista, instrumento que reúne una total atención a los detalles en cuanto a componentes, selección de maderas, técnica constructiva… todo en función de las especificaciones del cliente y partiendo de uno de los modelos base del luthier, nos estamos refiriendo a la Moffa Mithra Semihiollow Settecento propiedad del guitarrista Iván Cebrián.

No es fácil para la mayoría de guitarristas tener acceso a una guitarra de esas características puesto que es necesario un buen tiempo de espera (los procesos lo requieren) y una buena disposición económica, algo difícil de llevar, aunque el propio luthier Domenico Moffa  te va informando puntualmente de los avances que se van realizando, es necesario confianza y paciencia.

Se pueden ver las Moffa en manos de guitarristas de jazz del nivel de Kurt Rosenwinkel o Wolfgang Musthpiel. El propio Kurt comenta al respecto:

“Domenico Moffa es un luthier de primer orden. Sus instrumentos son hermosos en todos los sentidos. Suenan tan bien como se ven y se ven tan bien como suenan. A menudo contemplo con asombro la guitarra que construyó para mí. La artesanía es poco menos que impresionante. ¿Y el sonido y la “playability”? Impecable, natural, dinámica, bella. Soy un gran admirador de Nico. Recomiendo encarecidamente echar un vistazo a sus guitarras.”

Desde luego el bueno de Rosenwinkel no se corta en buenos adjetivos, ¿Pero es para tanto en realidad?

Con la ayuda de Iván vamos a ver como se gestó su guitarra, cuales son sus especificaciones y características y con ello respondemos a la pregunta anterior.

Construcción

La Mithra es uno de los seis modelos que Domenico Moffa propone, una guitarra archtop de construcción encolada de forma tradicional y tamaño reducido. Esta semihollow de 14 1/2” tiene la parte posterior, los aros y la caja de resonancia tallados a mano, y tienen dos tirantes que unen la parte superior y la parte posterior para detener el feedback.  Este genus incluye guitarras que se distinguen por una gran salida eléctrica manteniendo la vibración de la cámara de resonancia, sin necesidad de gestionar la retroalimentación.

Pala, mástil

Cuenta con una pala de diseño propio con un veneer negro, donde se ve el logo Moffa en la frontal y la tapa que cubre el acceso al alma y un clavijero Schaller tres a cada lado en disposición no paralela. La cejuela es de Graphtech negra y pide 44 cm.

El mástil esta construido sobre una pieza de hardmaple, el corte es quartersawn, con un perfil delgado, especificación de su dueño. Las dimensiones son un ancho de 44 mm en el traste uno y 58 mm en el traste 22. Muy suave y la mano se desliza con total confort. El diapasón es de ébano y aloja 22 trastes medium jumbo. Sin inlays.

La longitud de escala es de 629,5 mm.

Cuerpo, electrónica

El acabado que presenta esta Moffa es el denominado Settecento, debe el nombre a que está inspirado en los instrumentos clásicos de 1700, se define por ser un acabado soluble en alcohol, brillante, con resinas naturales. Los colores son los tradicionales italianos (del ámbar al naranja/marrón pasando por todos los matices del rojo).

Todo el lacado de la guitarra es de una capa extraordinariamente fina, glosseado, le da un efecto de instrumento antiguo, como si se tratara de un violín o un chelo de 1.700 como el nombre del modelo indica. Hay que ser cuidadoso porque una capa tan fina tiene tendencia a crackelarse.

La tapa es de abeto rojo (red spruce) bearclow (garras de oso) AAAAA de Val di Fiemme, un valle al norte de Italia en los montes Dolomitas.

El término técnico para «bearclow» es hazelficte. Se refiere a un patrón en la veta que aparece ocasionalmente en todas las especies de abeto. Básicamente es una ondulación en las fibras de la madera y es similar a los patrones que se obtienen en algunos arces (el quilted por ejemplo). Pero en el abeto, los bearclow no son uniformes sino aleatorios y asimétricos.

Algunos dicen que parecen las garras curvas de un oso, otros dicen que parecen las marcas dejadas por un oso que estaba afilando sus garras en el árbol antes de que lo talaran y lo convirtieran en muebles o tapas de guitarra.

Casi siempre es una señal de que el abeto es un árbol viejo con una estructura molecular muy densa. Esto se traduce en tapas rígidas y una mayor velocidad de las ondas sonoras que producen. Muchos luthiers sienten que las garras de oso son un signo de confianza en la madera tonal de mayor calidad dentro de una determinada especie de abeto.

Los aros laterales y la trasera son de arce flameado Balkan Carved. Muestra unos bindings estilo violín en las uniones de los aros con la tapa y la trasera.

El puente es de ébano flotante sobre una base también de ébano, forma equipo junto a un cordal de la misma madera.

En cuanto a la electrónica presenta una pastilla realizada a mano soapbar custom en la posición de mástil. Los controles para la pastilla se encuentran ubicados en la parte interna del golpeador (también de ébano) quedando totalmente enmascarados a la vista.

A continuación os invito a leer una reflexión de Iván Cebrián sobre su guitarra:

“Bajo mi punto de vista, una guitarra excelente debe cumplir tres requisitos. Primero (pero no más importante) debe ser técnicamente perfecta, con una afinación impecable en todo el registro, cómoda de ejecución, un balance de volúmenes de cuerdas equilibrado, el máximo sustain posible también en todo el registro, un rango dinamico y una capacidad de variaciones “tímbricas” enorme.

Lo segundo, y mucho más difícil de conseguir, es que todo este despliegue técnico y de precisión sirva como sustento para la creación de un sonido, que debe de prender mi imaginación y servir a la creación de arte, como si de una musa se tratara. Un sonido armonioso, complejo y a la vez generoso, que pida ser escuchado, único, personal.

El tercer requisito, ya como capricho inconformista, sería su diseño, su artesanía, la precisión y el cuidado para crear una pieza de arte tan atractiva que hable por si sola antes de ser escuchada, y que en cierta manera también forme parte de la sugestión necesaria del artista para expresarse al 100%.

La búsqueda de un instrumento brillante en estos tres requisitos es larga y muchos dirían que interminable, por lo que me llena de alegría poder decir que esta Moffa Mithra es todo esto, y mucho más. Estaré agradecido de por vida a Nico por haber compartido su genialidad conmigo y conseguir romper todas mis expectativas, superarlas y poner el listón en lo más alto”.

Y después de todo esto ya solo queda ver y escuchar como suena, así que aquí os dejo con una demo grabada por el propio Iván de su Moffa Mithra.

José Manuel López