Music Man St. Vincent Signature

El origen de Music Man está relacionado con el padre de la guitarra eléctrica de cuerpo sólido, Leo Fender. Leo vendió su compañía, Fender Musical Instruments a CBS en 1966 cuando le diagnosticaron una enfermedad grave, sin embargo seis años después entró de nuevo en acción junto con dos antiguos colaboradores en Fender, Forrest White y Tom Walker, ambos ejecutivos de la compañía norteamericana.

Sigue la historia

Fundaron una compañía llamada Musitek que algunos años después pasó a llamarse Music Man, seguramente en referencia al propio Leo, que por obligaciones contractuales con CBS, estaba obligado a permanecer en la sombra por un período de 10 años.

Iniciaron su andadura ofreciendo una línea completa de amplificadores, pasando al poco tiempo a ofrecer instrumentos. Debido a tensiones internas, Fender abandonó Music Man para fundar G&L con George Fullerton.

En 1984 Ernie Ball, super popular fabricante de cuerdas e inventor del bajo acústico, adquiere Music Man que pasa a llamarse Ernie Ball Music Man consiguiendo poco a poco relanzar y estabilizar la compañía que había quedado bastante tocada tras la marcha de Fender.

 

La marca sigue operando con éxito en la actualidad. Tal vez su aportación más destacada haya sido la incorporación de la electrónica activa a los instrumentos y la vocación de construir instrumentos innovadores con una excelente calidad.

Music Man ha mantenido a lo largo de los años un política de construcción de instrumentos signature muy importante donde destacan entre otros, modelos para Van Halen, Steve Morse, John Petrucci, Albert Lee o Steve Lukather por citar a algunos de los más significativos. En ese sentido vamos a revisar uno de los modelos creados para la artista St. Vincent (Annie Clarke) cantautora de Tulsa, Oklahoma y ganadora de 3 premios Grammy, la guitarra es la Music Man St. Vincent.

Construcción, pala, mástil

Esta guitarra es un instrumento con un diseño de cuerpo muy original que llama la atención porque se aleja de los típicos double-cut o single cut, que han sido las referencias para casi todos los constructores, es lo primero que piensas al verla. Entronca más con los diseños audaces de las compañías en los años 60.

Es de construcción atornillada, cinco tornillos a través de un neckplate rectangular con un ángulo redondeado para facilitar la posición de la mano al tocar en las partes más altas del diapasón.

Se siente muy ligera y cómoda con sus 3´090 kg que pesa, equilibrada no cabecea. Toda la guitarra se presenta en un color Stealth Black, incluidos los herrajes, potes, tapas de pastillas, cejuela… todo en negro.

La pala es la clásica Music Man, con el clavijero 4 sobre 2, que en este modelo es un Schaller M6-IND locking con el logo con la “s” estampada en la tapa del mecanismo. En la frontal el logo de la marca y el logo de Saint Vincent.

El mástil es de arce tostado con perfil en “C” y un acabado satin ultrafino que lo hace confortable y agradable al tacto. Sobre él y siempre hablando de este modelo puesto que en otros acabados -hay tres opciones más- presenta un diapasón de ébano con un radio de 10” que aloja 22 trastes medium high profile de acero inoxidable, la cuerdas se deslizan muy fácil sobre ellos algo que ayuda en la afinación al ejecutar bendings notablemente. Los marcadores de posición son Custom St. Vincent.. La longitud de escala de la guitarra es de 25.5”.

El alma es ajustable sin necesidad de sustituir las cuerdas para manipularla.

Estéticamente se deja ver la personalización St. Vincent en todo el instrumento, muy original.

 

 

Cuerpo, electrónica

El cuerpo es de caoba africana y como no, acabado en Matte Black. La forma es complicado definirla, sería de inspiración Firebird pero sin el cuerno inferior y con el superior trasero menos marcado, mejor ver las fotos. En la parte superior muestra unos rebajes triangulares arriba y abajo de puente.

La configuración de pastillas que monta este instrumento también es bastante inusual, se trata de un set de tres DiMarzio custom mini-humbucking que se gestionan desde un selector de cinco posiciones y con una configuración custom. En la posición 1 se activa la del puente, en la 2 la central y en la 3 la del mástil. En la posición 4 funcionan las tres pastillas en paralelo y en la 5 la pastilla de puente y la de mástil en paralelo. La versatilidad sonora está garantizada con estas opciones.

 

Los controles, con botones también customizados, son un master volumen y un master de tono de 250K.

Las cavidades donde están situadas están apantalladas con resina acrílica de grafito.

En lo referente al puente la St. Vincent monta un Custom St. Vincent Music Man Modern tremolo con vintage bent steel saddles. La mano derecha se apoya cómodamente sobre él, todo en esta guitarra es bastante práctico y confortable.

Sonido, conclusiones

Este tipo de guitarras con ese look o te gusta o la odias desde el principio, sin embargo esta Music Man desde el momento en que la tocas te atrapa directamente, el mástil al estilo Music Man es muy responsable de ello, rápido y suave. Las cuerdas no se sienten tensas como ocurre alguna vez en las guitarras con escala de 25 1/2”.

Sonoramente hablando el tono se podría situar entre el de una Firebird y una Strat algo vitaminada a la que se le añade profundidad sonora. Las DiMarzio pueden gruñir y también tener ese punto cálido de las PAF, tienen un ataque rápido y enfocado, muy dinámicas.

Las pastillas en serie revelan un carácter tonal distinto entre ellas, cierto es que este tipo de configuración de tres pastillas inevitablemente te hace pensar en una Strat aunque en este caso el tono es diferente, algo más oscuro con un buen sustain y un rango medio profundo, rico y algo meloso. Cuando suenan las tres en paralelo alcanza una personalidad poderosa. La posición 5 es nuestra favorita, aunque para gustos ya se sabe…

 

 

Sonando apoyada por un overdrive pillar un grosor importante, incluso a volumen bajo, pero con los graves algo recortados, los tonos distorsionados se diferencian entre cuerdas más que en una humbucker que en general suenan más compactos.

En conclusión, la Music Man St. Vincent Signature es una guitarra visualmente impactante que va más allá de su aspecto. Es un instrumento cómodo, con una ergonomía excelente, ligera y delgada, se percibe un diseño muy trabajado, con una voz sonora versátil. Una opción perfecta para guitarristas atrevidos.

José Manuel López