Revista de Guitarras

Guitar Lions Promo izquierda
Guitar Lions Promo derecha

Orden de los efectos I


Es más que posible que si llevas unos cuantos años tocando la guitarra, te hayas hecho con un buen arsenal de efectos en formato pedal. A la hora de combinarlos aparece la pregunta: ¿Cómo los debo ordenar?

A la hora de abordar este problema, debemos tener en cuenta varios factores. El primero de ellos es que no existe un orden correcto. En función de los resultados que queramos obtener, formas distintas de ordenarlos pueden ser igualmente válidas. Y en segundo lugar, hemos de tener en mente que la posición es clave cuando combinamos varios pedales. Si los vamos a activar de uno en uno, es obvio que el orden no va a tener ninguna relevancia. Desde aquí vamos a tratar de daros algunas consignas que os ayuden a encontrar la forma ideal de organizar vuestra pedalera.

Si distinguimos los pedales en función de la arquitectura de sus circuitos, podemos proponer una primera división, de forma que colocaremos en primer lugar los efectos de Overdrive y Distorsión. Tras estos, podemos colocar aquellos que modulan el sonido (Chorus, Flanger, Phaser-Vibe y trémolo) para terminar con los efectos de repetición (Delay). Esta simplificación, tiene su sentido. No obtendremos el mismo resultado modulando una señal distorsionada que distorsionando una señal modulada. De la misma forma, no sonarán igual las repeticiones de una señal saturada que si saturamos las repeticiones que nos ofrece un Delay.

Si disponemos los efectos de esta forma, observaremos que cada etapa nos permite un control bastante preciso sobre del efecto, de forma que si queremos acentuar alguno de los matices que nos ofrece un efecto en particular, tendremos cierto margen. Si por el contrario, lo que nos interesa es conseguir situaciones extremas, en las que uno de los pedales marque completamente el carácter de nuestro sonido, es muy posible que tengamos que contravenir este orden “lógico”. Recuerda la máxima “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Sin embargo, con esta simple división de los tipos de efectos en tres grandes grupos, no abarcamos todas las posibilidades que nos ofrece el mercado de pedales. Veamos con más detenimiento algunos de los que no hemos nombrado y las diversa opciones a tener en cuenta.
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Wah-wah y fuzz
Un wah nos va a modular la respuesta en frecuencia de nuestro sonido, de forma que si buscamos un marcado efecto deberíamos colocarlo antes que el resto de pedales. Es por ello por lo que lo solemos encontrar el primero en la cadena de efectos. Sin embargo, hay otras causas. Algunos wah´s -de la misma forma que ciertos fuzzes, en especial los de faricación antigua- tienen una baja impedancia de entrada. Esto implica que si no reciben directamente la señal de la guitarra, vamos a encontrarnos con una pérdida de señal y, por tanto, una disminución del brillo en nuestro sonido. Esta degradación es muy notable en los fuzzes basados en transistores de germanio, que pueden literalmente dejar de sonar si no están en las primeras posiciones de nuestra cadena de efectos. Este es un defecto que se ha ido corrigiendo en los fuzzes modernos, aunque a la vez es una peculiaridad que le otorga parte de la originalidad de su sonido.

Compresión
Otro de los efectos que puede llevarnos de cabeza a la hora de situarlo en nuestra pedalera es el compresor. Cuando lo utilizamos a niveles bajos de compresión, obtenemos un realce de las notas tocadas con menor intensidad, igualando todas las señales. Si aumentamos el nivel de compresión, lo que conseguimos es una disminución, e incluso una pérdida total, de la dinámica del instrumento. Así que, debido a su efecto global sobre la dinámica de nuestro toque, la opción más sensata parece colocar el compresor lo antes posible en nuestra cadena. Otro de los problemas añadidos que pueden aparecer con el uso del compresor, es el incremento de los niveles de ruido. Debido al efecto “igualador”, el compresor tiende a incrementar los niveles de ruido de fondo. Esto no va a ser problemático cuando la señal que le entra es directamente la de nuestra guitarra. Sin embargo, si se encuentra tras un efecto de overdrive o distorsión con elevados niveles de ganancia, podemos encontrar que el ruido tienda a ser incontrolable. Una razón más para colocarlo lo antes posible.

Filtros de envolvente
Y hablando de dinámica, nos encontramos con los efectos basados en un filtro de envolvente, como el auto-wah. Estos efectos son extremadamente sensibles a nuestra dinámica, de forma que activan el efecto a partir de la intensidad con la que atacamos las cuerdas. Es por ello por lo que, si los situamos tras cualquier efecto que disminuya el rango dinámico de nuestra señal, estos pedales serán mucho menos efectivos. Podemos encontrarnos con que somos incapaces de activar el filtro, por más fuerte que ataquemos, debido a que una distorsión ha comprimido en exceso la señal original. De nuevo, nos veremos obligados a colocarlos lo más cerca posible de la señal original de nuestra guitarra.
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Boosters
Para poder incrementar el volumen total que queremos obtener, podemos recurrir a la colocación de un booster en nuestra cadena. Una de las opciones más clásicas es situarlo al final de ésta, de forma que una vez tenemos definido el carácter de nuestro sonido con el resto de pedales, lo único que hacemos es aumentar la amplitud de esta señal con el booster. Una solución práctica, pero no exenta de problemas. De nuevo, deberemos tener en cuenta que este incremento de volumen afectará también al ruido de fondo que arrastremos del resto de efectos.

Si cambiamos el concepto y situamos el booster antes de las etapas de overdrive y distorsión, conseguiremos un empujón en el sustain de nuestro sonido, ya que lo que hacemos en este caso es incrementar la ganancia total que van a producir estos efectos. Una opción más, recomendable para darle ese agarre extra necesario a la hora de hacer un solo.

Conclusión
Como habéis visto, tenemos múltiples opciones y, como comentábamos en el arranque del artículo, no hay un orden correcto y otro incorrecto. Los pedales han de estar al servicio de nuestro sonido y ahí no hay leyes a seguir. Cualquier ruta puede ser buena para reproducir el tono que tenemos en nuestra cabeza. Sin embargo, un último consejo a la hora de combinar pedales: “Menos es más”. Cuando combinemos el sonido de dos o más efectos, el número de combinaciones entre los parámetros de estos pedales aumenta exponencialmente y puede hacer difícil de controlar el sonido final. La suma de efectos en cascada no siempre va a dar un resultado efectivo y controlable. Piénsatelo bien antes de superponer los sonidos de varios pedales.
Hemos excluido de este análisis los sistemas multiefectos y el empleo del loop de efectos de nuestro amplificador. Estas opciones, junto con los actuales sistemas de conmutación de pedales (loopers), serán tratadas en profundidad en el próximo número. Hasta entonces, recuerda… ¡¡¡experimenta!!!

David Vie

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