Philip Newell
Philip, ¿En qué consiste tu trabajo?
R: Soy consultor e ingeniero acústico, diseño estudios de grabación, estudios para mezclar bandas sonoras de cine, escenarios, clubes de música, salas de conciertos, salas deportivas, diseño fábricas que necesitan tener un control sobre ruidos industriales, escribo artículos, escribo libros, hago investigaciones en universidades, diseño laboratorios en universidades, trabajo con arquitectos, científicos, ingenieros, músicos, técnicos….me gusta este trabajo porque nunca hago dos veces la misma cosa. Trabajo en la confluencia entre la ciencia, la tecnología y el arte, es imposible aburrirse.
Supongo que en tu trabajo la experiencia lo es todo. ¿Te quedarías con un chico recién titulado en acústica o con un señor que no tiene título pero si muchos años de experiencia?
R: Como un capitán de un buque en medio de una tempestad, yo voy a confiar más en un capitán de 70 años, marinero desde muchacho, que en un capitán joven por muchos títulos que tenga. Mi trabajo no es intuitivo, muchas veces las soluciones no son obvias por lo que muchas veces es necesario confiar en la experiencia más que en los cálculos.
Me has comentado que colaboras e investigas con varias universidades. ¿Con qué universidades trabajas?
R: Sobre todo con la Universidad de Southampton en el Reino Unido y la Universidad de Vigo, pero estoy vinculado con muchas más investigaciones en otras partes del mundo, de manera más o menos formal.
¿Dónde te formaste Philip? ¿Dónde te curtiste tanto a nivel académico como práctico?
R: En colegio estudié sobre todo las ciencias, a pesar de que me apasionaba la música. Estudié electrónica al mismo tiempo que trabajaba en una tienda de equipos de alta fidelidad. Después trabajé como técnico de sonido en una de las salas de conciertos más grandes de Inglaterra, para una empresa llamada Mecca. Durante este trabajo pasaron por mis manos los grupos más importantes del mundo y aprendí muy rápido la diferencia entre trabajar con las superestrellas y trabajar con músicos más normales. Después pasé a trabajar en los estudios Pye Records, que fue de los más grandes en Gran Bretaña. Tenía una plantilla de gente muy profesional, nada menos que tres generaciones de técnicos e ingenieros trabajando lado a lado. Fue una forma de universidad para mi pero en una manera práctica. Pasé a trabajar con músicos de altísima calidad…….Wilson Pickett, The Who y muchísimos más, eran los años 60 y los mejores músicos venían al estudio. Sin esta oportunidad de trabajar con los mejores músicos y técnicos de aquellos años hubiese sido imposible adquirir los conocimientos que ahora tengo. Se juntaron muchísimos ingredientes. Date cuenta de que con sólo 23 años me convertí en el jefe de ingenieros de toda la Virgin Records y a pesar de ello yo ya tenía 7 años de experiencia. Por aquel entonces había mucho dinero en la industria, era muy profesional. Fue posible invertir dinero en equipo, mucho mejor equipo que el que es normal hoy.
¿Qué diferencia hay entre una superestrella y un músico profesional no tan conocido?
R: Hay buenos músicos profesionales pero les falta eso “algo” especial para ser una superestrella. Yo creo que es la calidad aliñada con ese carisma y presencia especial el que hace a una superestrella. Por supuesto la calidad de las canciones es muy, muy importante para triunfar. También hay malos músicos a los que la fama llega desde su aspecto o cómo actúa.
¿Qué opinas de la industria musical de hoy?
R: Es una pena cómo se ha perdido tanta profesionalidad. Ahora no tenemos los recursos que teníamos antes. Por aquel entonces si hacía falta comprar un equipo que costase lo que hoy valen cuatro casas se compraba y listo, no había ningún problema. Ahora es imposible pensar en esa proporción. Ayer mismo he estado hablando con un ingeniero de los Estudios Metropolis en Londres y hemos recordado viejos tiempos. Mis ganancias como ingeniero altamente cualificado de toda una semana no eran suficientes para pagar ni una hora de estudio en Pye Records, donde hace 35 años trabajamos juntos. Con este tipo de inversión en los estudios fue posible tener lo mejor de entre lo mejor.