¿Por qué tu guitarra suena como suena?
Desde luego, es innegable que hay guitarras que suenan bien y otras que suenan menos bien (también hay más de una que, de no sonar, nos haría un gran favor a todos); pero dentro de esta generalización hay muchos subgrupos y matices.
Cada instrumento tiene un carácter, una voz. Los guitarristas pasáis mucho tiempo buscando ESA guitarra que suena exactamente como tenéis en la cabeza, así que en G&B Custom Shop nos hemos lanzado a escribir este artículo para echaros una mano a entender por qué una guitarra suena como suena y, de paso, ahorraros algún que otro disgusto y mucho tiempo.
Lo primero, es dejar claro que hay un gran componente subjetivo en la elección de un instrumento. Las preferencias de cada uno son sagradas. Además, de vez en cuando, aparece una guitarra que pasa por encima de todo lo que vamos a explicar a continuación y suena espectacular e inesperadamente bien. Es parte del juego.
Dicho esto, ¿qué variables determinan el sonido de una guitarra? Obviando la mano del guitarrista, las pastillas y el amplificador que utilice, enumeramos en orden de influencia:
1.- La escala:
La escala es la longitud que determinan los dos puntos de apoyo de la cuerda, es decir, la selleta del puente y la cejuela. Las 3 escalas más habituales, simplificando mucho, son las siguientes:
Escala larga: La escala Fender. Da lugar a un sonido brillante, cristalino y definido. El famoso “twang” parte de aquí.
Escala corta: La que utiliza Gibson. Favorece un sonido menos brillante que la escala larga; pero más profundo, más “denso”.
Escala intermedia: La marca más conocida que la utiliza es PRS. Tiene la agilidad de la escala larga; pero más peso que ésta.
2.- Tipo de unión mástil-cuerpo:
De nuevo, 3 posibilidades:
Mástil atornillado: Este tipo de unión favorece la dinámica, la agilidad con que el sonido fluye, por así decir. Tenemos la sensación de rápida respuesta.
Mástil encolado: Más sustain, más profundidad, más peso; pero menos fluidez de respuesta.
Neckthrough: Es decir, el mástil es un bloque que llega hasta el final de la guitarra y dos añadidos a los lados que conforman el cuerpo del instrumento. El resultado es, quizá, parecido al que podemos encontrar en un mástil encolado con un añadido de sustain.
3.- Madera:
Todo un mundo. Hay que partir de la base de que dos piezas diferentes de un mismo material suenan con matices diferentes, así que ésta es la parte más compleja. En cualquier caso, hacemos un pequeño resumen de lo más genérico y habitual.
Cuerpo de fresno: sonido brillante y con filo, con una gran riqueza de agudos; más agresivo y menos profundo que, por ejemplo, el aliso.
Cuerpo de aliso: produce un sonido más “afelpado” que el fresno, más suave, menos violento.
Cuerpo de caoba: Profundidad, amplitud, presencia y contundencia, con una gran riqueza de medios y graves.
Mástil de arce: Un clásico. Siempre suma un punto de brillo y definición a la ecuación.
Mástil de caoba: Las mismas propiedades que comentábamos en el cuerpo.
Diapasón de palo rosa: El palo rosa (y toda la familia, cocobolo, pauferro, palosanto…) es una madera con una riqueza armónica tremenda. Es un gran aliado del mástil de arce, ya que equilibra, suaviza y endulza el sonido en gran medida.
Diapasón de arce: Es puro brillo. Aporta un sonido nítido y con filo, más agresivo que, por ejemplo, el palo rosa.
Diapasón de ébano: Una opción muy interesante. El ébano también se caracteriza por una riqueza tímbrica enorme. Posee el brillo del arce; pero más refinado, más sutil. Combinaciones interesantes: Mástil de arce + diapasón de ébano: Mucha potencia, definición y amplitud. Brillo sin demasiado filo. Mástil de caoba + diapasón de ébano: Profundidad, contundencia y definición.
Éstas son las más habituales, por supuesto, hay muchísimas más. Una parte importante de nuestro trabajo cuando alguien acude al taller para fabricarse un instrumento es convertir una idea sonora en un conjunto de materiales. Las posibilidades son prácticamente infinitas. Influyen la procedencia de la madera, el corte, la veta, la edad, etcétera. Es impresionante comprobar cómo eligiendo bien, se pueden modificar en uno u otro sentido los sonidos más habituales De todos modos, tener clara esta base puede ayudar a entender qué nos gusta más y por qué.
4.- Cejuela: Esta piececita tan pequeña tiene una influencia muy grande en el sonido. Hay bastantes materiales que se pueden utilizar para tallar una cejuela. Vamos a obviar el plástico, que aporta más bien poco (y que últimamente traen, por desgracia, la mayoría de las guitarras de serie).
Los materiales más habituales son el hueso, que aporta un punto orgánico y de definición y el ébano, más dulzón y con un toque nasal que a determinadas combinaciones de maderas les va muy bien. Si tienes un instrumento muy brillante, una cejuela de ébano es una opción a tener en cuenta.
Ya tienes una idea de los factores más importantes que configuran el sonido de un instrumento. Bien, ahora supongamos, por ejemplo, que te gusta el toque particular de las guitarras Fender; pero te gustaría tener también un matiz más profundo y contundente. Siguiendo la pequeña guía anterior, sabrías que una posibilidad para conseguir eso sería la siguiente: Escala larga, mástil atornillado, cuerpo de caoba, mástil de arce, diapasón de ébano y cejuela de hueso.
Esto es todo. Si alguien quiere profundizar en el tema, le invitamos a que se pase por nuestro taller y, con mucho gusto, le explicaremos más combinaciones y más variables y, además, podrá probar algunas de ellas.
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