Teoría del ajuste de guitarras II
Si en la anterior entrega estudiamos la vibración de las cuerdas, en ésta comprenderemos cómo la torsión del mástil afecta definitivamente, para bien o para mal, en el ajuste de la guitarra.
l mástil de la guitarra, además de dar las notas acortando o alargando su longitud, tiene la función de aguantar la tensión de las cuerdas. Esta tensión produce una curvatura que es compensada (en casi todas las guitarras de cuerda metálica y en algunas españolas) mediante el alma de la guitarra.
El alma de la guitarra
El alma de la guitarra es una barra de acero que se regula mediante una tuerca situada en alguno de los extremos del mástil. El alma ayuda a contrarrestar la tensión de las cuerdas. Cuanto más prieta está la tuerca, el mástil se hace más rígido. Cuanto más floja, el mástil se hace más flexible. En la foto podemos observar tres almas. La de la izquierda es un alma Gibson de guitarra, la del centro es un alma de bajo Gibson (más larga) y la de la derecha es un alma de bajo reforzada.
En los mástiles de las guitarras se produce un equilibrio entre la tensión de las cuerdas, la rigidez de la madera y la fuerza del alma; que ayuda a la madera a contrarrestar la fuerza de las cuerdas.
El alma es el “árbitro” en esa lucha constante entre la tensión de las cuerdas y la rigidez de la madera. En esta situación de equilibrio, los cambios de humedad y temperatura provocan variaciones en la rigidez de la madera, por lo tanto, los mástiles se comban o enderezan en función de ella. Mediante el apriete o afloje del alma conseguimos el punto de equilibrio óptimo. Es muy habitual que cuando se comba un mástil, los guitarristas bajen las cuerdas a través del puente, y cuando se endereza las suban. En ambos casos, lo normal es que la guitarra trastee por zonas del mástil. Lo correcto es ajustar el alma en lugar de subir y bajar las cuerdas a través del puente.
El correcto ajuste del alma de la guitarra es vital para conseguir un buen ajuste del instrumento, mediante su ajuste conseguiremos la torsión óptima del mástil.
Las torsión óptima del mástil
En la próxima explicación y gráficos, veremos una guitarra en la que la elipse de las cuerdas, así como la torsión del mástil están completamente exagerados, su misión es únicamente que comprendas los conceptos, en ningún caso que el mástil se deba combar tanto. En próximas entregas referentes a la práctica de los ajustes veremos exactamente cuanta torsión es la correcta.
Contrariamente a lo que mucha gente cree, un mástil perfectamente recto no suele ser lo ideal de cara a un ajuste de la guitarra. El por qué radica en la elipse de las cuerdas. Si la cuerda vibra en elipse, y el mástil está completamente recto, es muy probable que las cuerdas trasteen en los 7 primeros trastes (fig 1). El mástil no se adapta a la elipse de las cuerdas. Recordemos que en los primeros trastes, al ser mayor la longitud de la cuerda que al pulsar en los últimos, la elipse es mucho mayor. Aunque la altura de las cuerdas sea alta, ese trasteo se seguirá produciendo, especialmente si pulsamos fuerte la cuerda.
En sentido contrario, al torsionar en exceso el mástil, la altura de las cuerdas se eleva sustancialmente (fig2). Si bajamos la altura de las cuerdas en el puente para contrarrestar la elevación (fig3), empezaremos a notar que el trasteo se produce ahora entre los trastes 7 y siguientes, siendo especialmente notorio entre el 9 y el 15. El trasteo se produce porque el final del diapasón se eleva a medida que se pulsa la cuerda por la zona central del mástil.
Un ajuste óptimo sería aquel en el que el mástil tiene una ligera torsión que se adecúe a la elipse de las cuerdas. De esta manera conseguimos que las cuerdas (especialmente la 6ªy 5ª, las de mayor elipse) no trasteen en los primeros trastes, así como que las cuerdas no se eleven en exceso (fig4). En el gráfico podemos ver como la cuerda tiene ahora el espacio suficiente para no trastear en los primeros trastes, pero la altura no se ha elevado en exceso (como sucedía en los gráficos 2 y 3).
En resumen:
El punto óptimo de torsión depende del gusto del guitarrista. No existe un ajuste único del mástil. Aunque podemos extraer dos principios y una conclusión:
1) Los mástiles más rectos favorecen la comodidad a costa de un ligero trasteo en los primeros trastes (especialmente si se pulsa muy fuerte).
2) los mástiles con una ligera curvatura favorecen que la guitarra no trastee en los primeros trastes (incluso al pulsar muy fuerte), aunque derivan en una altura de cuerdas más alta o, si se bajan las cuerdas en el puente, un trasteo notable desde el traste 7º a los últimos.
La conclusión es que los guitarristas que pulsen muy fuerte necesitarán más torsión que los que pulsen más débil, y que las guitarras que usen cuerdas más blandas requieren mayor torsión que las que monten cuerdas más duras. La idea óptima podría ser dejar el mástil con la mínima curva que podamos sin que el trasteo en los primeros trastes llegue a ser molesto para nuestro gusto.
Juan Brieva
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